Para la mayoría es ‘obsesión compulsiva’…para unos cuantos ‘evasión compulsiva’
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Recostado en el diván el señor Severo Malaleche Contreras, el doctor Sigmund Flores de Bach, le preguntó qué lo había llevado a terapia.
Fíjese mi doc, que en los últimos años he enfrentado una situación muy difícil, se me complica demasiado juntar el pago de la renta, la luz y el agua cada fin de mes, además, con frecuencia me quedó sin ‘datos’ y me cortan la tv por cable…he perdido el sueño.
Pero no es sólo eso, mis dos hermanos me trasmiten su angustia existencial, porque llevan meses sin encontrar chamba y tiro por viaje caen con sus hijos justo a la hora de la comida, yo les dije que se vayan al gabacho a buscar ‘jale’, pero resulta que mi prima, la que estaba en Puebla-York, fue expulsada de nuevo a Texmelucan ahora que llegó el mentado Trump.
Lo malo es que en el pueblo el único trabajo que hay es de huachicolero, pero mis ‘bro’ son re fumadores y pues no dan el perfil profesional, ya sabe, cosas de la globalización.
También tengo bronca con mis dos chamacos, quesque son millennials y quieren que saque mi ‘lanita’ del Infonavit porque quieren arreglar el taller mecánico como un loft de La Condesa, como no los ‘pelo’, le meten fuerte a la vagancia, para mí son unos simples ninis.
Sin embargo mi doc, lo que más me tiene intrigado, es que he visto que allí en el barrio casi todos tenemos los mismos síntomas y ya hasta las casas de empeño ‘Ayúdate que to te joderé’, cerraron, puesto que ya no hay que pignorar, soltó la dominguera don Severo.
Verdad de dios que vine con usted, ya que mi vieja me contó que el presidente Peña dijo, que la crisis solo existe en la mente de las personas, así que como yo había oído que las cosas de la cabeza las curan los ‘loqueros’, pues me di una vuelta por acá.
A que señor Malaleche contestó el psicólogo (que andaba urgido de clientes en virtud de que traía atrasada la colegiatura de sus hijos en la Ibero), cómprese estas pastillitas de Prozac y verá cómo se pone bien positivo, son de las que tomaba Fox y ya ve que feliz anda siempre, aquí mi secretaria se las vende y de paso le cobra los cien dólares de la sesión.
Malaleche reviró: como dijo la Trevi ¿qué pasó mi doctor siquiatra?, si yo sólo traigo mi tarjeta del Seguro Popular…¿qué? chilló Sigmund, largo de mi consultorio viejo anti sistémico y ‘culeid’.
Cuando Severo Malaleche Contreras salió, Segismundo Flores de Bach masculló: pinches asalariados, por eso no salen de pobres, no tienen ni para el Prozac, así no se puede.
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