La elección del Rector o Rectora de la Universidad Veracruzana para el próximo periodo de cuatro años (2017-2021) estará en manos de los nueve miembros de la H. Junta de Gobierno de la UV, como viene sucediendo desde 1997 cuando fue elegido el doctor Víctor Arredondo Álvarez para encabezar por primera vez la Rectoría en la nueva era autónoma de la máxima casa de estudios.

Desde entonces, los rectores en turno –que en este par de décadas ¡sólo han sido dos!: primero Arredondo (1997-2004) y luego Raúl Arias Lovillo (2004-2013), quien en total permaneció nueve años en la Rectoría, pues al inicio de la administración del gobernador Fidel Herrera Beltrán suplió en la Rectoría al académico cordobés que asumió la Secretaría de Educación de Veracruz– se han reelecto sin mayor problema.

Ahora la rectora Sara Ladrón de Guevara pretende reelegirse para un cuatrienio más. Aparentemente tendría amplias ventajas para lograrlo, pues universitarios que apoyan a otros aspirantes a la Rectoría suponen que de entrada tendría seguro, al menos, el voto de 5 de los 9 miembros de la H. Junta de Gobierno que ella misma propuso ante el Consejo Universitario General.

También apuntan que tiene a su favor la estructura burocrática de la UV que burdamente ha comenzado a operar la “cargada” a favor de la Rectora en la zona de Xalapa y en los otros cuatro campus universitarios de la entidad, cuyos vicerrectores están tirando línea a los directores de escuelas y facultades para manifestarse a favor de Ladrón de Guevara.

Casualmente el doctor Josué Cortés Zárate, uno de los siete candidatos registrados para la Rectoría, ha denunciado que desde la torre donde despacha Ladrón de Guevara pretenden descarrilar su postulación a través de intimidaciones que incluyen la amenaza de instruirle un procedimiento administrativo mediante el levantamiento de un acta circunstanciada, lo cual mancharía su expediente académico.

“Se prepara una farsa que permita el proceso político-administrativo contra mi persona, con la finalidad de desacreditarme y con ello cumplir el objetivo de evitar que, voces críticas como la de un servidor y que aspira a ejercer el derecho a contender por el honroso cargo de Rector, sigan teniendo foro en los medios de comunicación y llegue su mensaje y propuestas a la comunidad universitaria”, denunció Cortés Zárate, quien responsabilizó directamente a la actual rectora.

Este martes, en el portal de internet Cambio Digital se publicó por ejemplo que “el director del Área Técnica y el vicerrector convocaron a reunión en un hotel de Boca del Río a jefes de carrera y maestros para que apoyen la reelección de Sara”, y que además “los están obligando a que entren a la página del proceso de selección para que hablen linduras” de la rectora, conminándolos a que destaquen que “hizo un excelente trabajo y que su trato con el personal administrativo ha sido el mejor, cuando los ha acosado laboralmente”.

Igual que como ocurrió también con Arredondo y Arias Lovillo, los demás aspirantes a la Rectoría están abiertamente en contra de la reelección de Ladrón de Guevara. Sólo que las circunstancias actuales son mucho más complicadas de lo que en su momento lo fueron para sus antecesores, pese a que en el caso de Raúl Arias la situación financiera de la UV comenzó a complicarse por la retención y desvío del subsidio federal que inició la Secretaría de Finanzas y Planeación del estado a finales del sexenio del gobernador Herrera Beltrán y que luego continuó en los siguientes cinco años del régimen de Javier Duarte de Ochoa.

Tanto Arredondo como Arias tuvieron muchos más méritos administrativos y logros académicos para justificar su reelección. Ampliaron la infraestructura y la matrícula de la UV. Hoy, con Ladrón de Guevara, se han creado más plazas administrativas que académicas y los edificios carecen de mantenimiento básico. En zonas calurosas, los empleados tienen que salir al exterior porque los aires acondicionados no funcionan.

Y ahora, con el pretexto de la crisis financiera por la que atraviesa la casa de estudios atribuido al desvío del gobierno duartista –motivo por el que en febrero y marzo de 2016 la rectora encabezó manifestaciones multitudinarias para reclamar los 2 mil 500 millones de pesos que les adeudaban, lo que ahora no ha vuelto a hacer para presionar al gobernador Miguel Ángel Yunes a que cumpla el pago que les prometió–, están obligando a los 16 mil alumnos de nuevo ingreso a comprar dos boletos del sorteo 2017 de la Fundación UV, solicitándoles que “por única ocasión” depositen la cantidad de 500 pesos a la cuenta bancaria de esta Asociación Civil.


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