Ley fundacional del neoliberalismo región cuatro: a mayor corrupción, mayor pobreza



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Podríamos resumir en tres, los fenómenos más acuciantes en la vida de los mexicanos: la impunidad, la inseguridad y la pobreza, esta última, con todas sus derivaciones.

Los tres calamitosos aspectos crecen con el paso de los años: cada día hay más pobres, más muertos vinculados a la inseguridad y más corruptos. No importa que el PIB nacional aumente, tampoco que se diseñen nuevos programas sociales y sistemas anticorrupción, el país sigue a la deriva en las materias señaladas…por no hablar de otras.

Sólo un pequeño segmento de la población está blindado contra el crimen, tienen para pagar seguridad privada. Sólo un pequeño segmento de la población puede violar la ley y con un bufete de abogados y sus relaciones políticas, quedan impunes. Sólo un pequeño segmento de la población aumenta, año con año y crisis con crisis, su poderío económico.

En el tema de las oportunidades de desarrollo, el fondo del problema, además de la falta de voluntad política y la voracidad de las élites del poder, es que las soluciones que se proponen para mejorar los ingresos son cosméticas. Al final, las decenas de millones de mexicanos en pobreza y pobreza extrema, acaban siendo un negocio.

Las estrategias para combatir al crimen organizado son falaces, la concatenación entre buena parte de la clase política y ‘los malosos’ es tal, que se entiende la permisividad.

En lo que toca a castigar la corrupción, hasta ahora, no sabemos desde cuándo, para ello, se puede actuar como juez y parte.

Si en el futuro inmediato, no hay un replanteamiento objetivo, comprometido con las mayorías, no sería extraño, que como sociedad, fuésemos avasallados…aún más.

El modelo de los paliativos, al margen de carecer de viabilidad histórica, ya está agotado.


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