Las encuestas se convirtieron en la versión posmoderna del ‘dedazo’


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Lo comentamos hace un par de semanas: José Yunes Zorrilla no tiene garantizada la candidatura a la gubernatura en 2018, por el hecho de haber sido compañero de pupitre de Luis Videgaray y José Antonio Meade, la decisión será a través de encuestas.

Justo, ayer lunes, el principal adversario en el PRI del peroteño, su colega senador, Héctor Yunes Landa, precisó lo que resulta obvio: “Si Pepe tiene las encuestas en ese momento él será el candidato, si las tengo yo el acuerdo es que yo seré el candidato.”

Lo que el partidazo se juega en el 2018, en Veracruz y en el resto del país, va mucho más allá de las simpatías personales de los que deciden.

Por lo tanto, si el instinto de supervivencia se impone, el tricolor está obligado a postular a los candidatos más competitivos y el único mecanismo válido, que actualmente se tiene para determinar esto, son las mediciones demoscópicas.

Desde luego, el campo de medición, por ejemplo, rebasa lo que opinan los periodistas, que suelen ubicar como su preferido al suspirante que se dedique a cabildear en el gremio.

Lo que interesa a los que deciden, son las proyecciones que resulten de tomar el pulso a los segmentos decisivos a la hora de votar. De acuerdo a los expertos, los electores que se ubican en el rango de los 18 a los 35 años, son los que marcan diferencia el día de la jornada electoral.

Bien dicen que las encuestas son una ‘fotografía’ que expone un momento preciso y único en las preferencias ciudadanas. Así pues, contrario a la máxima de don Fidel: hay que salir en la “foto” con muy buena resolución…sobre todo, recordando, que a las nuevas generaciones, no les gustan las imágenes pixeladas. La definición cuenta.

Ni hablar, la posmodernidad se impone.


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