Las circunstancias son la medida de todos los políticos

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La fractura provocada al interior del Movimiento de Regeneración Nacional, por el affaire Monreal, es la crisis más grave que, hasta el momento, ha vivido el nuevo partido político.

Qué si Andrés Manuel aplicó el ‘dedazo’, qué si la nomenclatura vetó al zacatecano, qué si las ‘intrigas palaciegas’ pudieron más que el pragmatismo, en fin, hay muchas hipótesis para buscar una explicación a la controvertida decisión del tabasqueño, pero poco se ha dicho del por qué don Ricardo, quiere gobernar la capital del país.

Decimos lo anterior, debido a que el mismo Monreal refirió que le ofrecieron ser candidato al Senado, propuesta nada despreciable, además de que, en caso de que López Obrador ganara la presidencia, seguramente lo colocaría en una posición federal envidiable.

Pero no.

El ex diputado, ex senador, ex gobernador, ex todo, quiere sentarse en la silla que fuera de los poderosos regentes, por una razón: busca ser candidato a la presidencia en 2024.

Siendo objetivos, es poco probable que AMLO tenga otro momentum (el impulso que el elector dedica a un candidato en un momento concreto), como del que hoy disfruta, es decir, en teoría, es ahora o nunca para él y para los que buscan colgarse de su popularidad.

Por lo tanto, Monreal supone que este es su último chance, viable, para construir el camino a Los Pinos y lo más seguro, es que don López también lo sabe. Por eso, políticos como el delegado de la Cuauhtémoc y Dante Delgado, por citar dos casos, no caben en el proyecto del tabasqueño, en virtud de que le disputan el protagonismo y lo más grave, el mando.

El poder provoca más desencuentros que el amor ¡verdá de Dios!


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