De acuerdo al bienintencionado, lo más sencillo sería abrir una realidad paralela
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En 2015, al igual que en el resto del país, en Veracruz hubo elección de diputados federales, por lo tanto, entre precampañas, campaña y jornada electoral, se fue el tiempo.

Durante 2016, hubo campañas para diputados locales y gobernador, después de la jornada electoral, hubo un soterrado combate en los tribunales tratando de anular el proceso, el período se dilapidó en el mismo tema.

Al año siguiente, se realizaron los comicios para elegir a los ediles de los ayuntamientos en los 212 municipios de la entidad, otra larga temporada de spots y alegatos inter partidarios.

Ahora, en 2018, nos estamos chutando la elección de presidente, senadores, diputados federales, gobernador y diputados locales, nada más para que normemos criterio.

Viene a cuento lo anterior, porque el actual gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, por ajustes del calendario electoral, sólo tiene un período de dos años de ejercicio, y cada vez que se anuncia la detención de algún ex funcionario, o se ofrece una recompensa por su captura, sus opositores dicen que es una acción electorera.

Bajo esa óptica, nunca se hubiera podido ejercer acción penal contra nadie de los que mancillaron la entidad, pues llevamos un cuatrienio, sumidos en el marasmo electoral.



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