La política recurre en ocasiones a un lenguaje encriptado para que solamente unos cuantos puedan descifrarlo.
Se dice que el programa de la reunión entre los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá reflejo la voluntad compartida de capitalizar las oportunidades de asociación regional. “América del Norte del Siglo XXl”. Sí, se trata de un mercado, o de un capital humano, según se le vea, de 450 millones de personas.
El comercio trilateral es superior al trillón de dólares americanos.
Lo hemos oído antes, pero aún cala en el ánimo: Se busca una visión compartida sobre el futuro de la región y se pretende el bienestar y la prosperidad de las tres sociedades nacionales.
No encuentro, no veo, no he sabido localizar en la información sobre este encuentro, el tema de la migración. Parece que no estuvo en la agenda.
Se dirá que no se trató de enturbiarla, sino de hacerla amable, propicia para alentar la voluntad colaboradora de Estados Unidos y Canadá. Que ganamos más siendo corteses que aludiendo a temas incómodos.
La diplomacia es así y los que saben de ella prefieren la sonrisa, el mensaje encriptado, el protocolo bien cuidado, los acuerdos bordados en terciopelo.
Pero con todo y terciopelo, valdría abordar el tema del ser humano, y no sólo del comercio; las inversiones, los flujos de capital, la tecnología.
¿Por qué mientras aligeramos el intercambio y el tránsito de capitales y mercancías, seguimos poniéndole trabas a los flujos de personas, de fuerza de trabajo, de oportunidades para todos?
¿Qué hay de las medidas extremas de vigilancia en la frontera, que han desviado a los flujos migratorios hacia zonas de alto y mortal riesgo durante 20 años, en que ha muerto en promedio un mexicano cada día en la franja fronteriza?
¿Por qué no ampliar las opciones legales para la inmigración temporal, ordenada y humana de trabajadores?
Las opciones de migración legal se han cerrado, de manera que para llegar a suelo estadounidense hay que sumirse en las sombras y poner en riesgo la vida.
Si sacáramos a los migrantes de la oscuridad y los pusiéramos en la luz, acabaría una de las mayores tragedias de finales del siglo XX y principios del XXl.
Los grandes retos para la ley es la “institucionalidad”, nueva gobernanza, transparencia, seguridad jurídica e inclusión social, y estoy pecando de superficial, pero si me lo preguntaran a boca de jarro en una entrevista, ésos serían los puntos principales.
Cabe destacar que con la nueva Ley de Adopciones 259 para el estado de Veracruz, presentada por el gobernador Javier Duarte de Ochoa y aprobada por unanimidad en el Congreso del estado, se garantiza el respeto de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes en materia de adopción.
Ley que significa muchísimas cosas, ya que contempla y encomienda al Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) la realización de los trámites que conforman la etapa administrativa del procedimiento de adopción, integrada por un Consejo Técnico que tiene entre sus atribuciones las de analizar las solicitudes de adopción y los estudios que se practiquen a los solicitantes, acordar la expedición de los certificados de idoneidad que declaren a los solicitantes aptos y adecuados para adoptar, e integrar los expedientes que se presentarán al juez dentro del proceso respectivo.
Hay que mencionar que diputados de todos los grupos de la LXll Legislatura local respaldaron dicha ley porque propicia las condiciones adecuadas para el desarrollo de la niñez y adolescencia que carecen de una familia integrada.
De igual forma, otro punto que es muy importante es que se convierte en “ley vanguardista”, debido a que el estado de Veracruz eliminó la adopción simple, la adopción entre particulares y contempla la adopción plena. Con esta ley, la autoridad estatal tiene un control sobre las adopciones, con lo que se protege verdaderamente a los niños y a las niñas, a tal grado que representantes de la Convención de La Haya y de UNICEF lo citan como ejemplo.
En casas asistenciales de Veracruz hay niños de 0 a 18 años que han sido abandonados o que les han sido retirados a sus padres porque sufrían violencia, falta de cuidados o diversas agresiones que ponían en riesgo la integridad de los menores.
Sin duda con esta ley, el gobernador Javier Duarte de Ochoa y la doctora Karime Macías Tubilla, buscan constatar que se lleve a cabo un proceso de adopción legítima y transparente, priorizando el interés de cada uno de los menores que son integrados a una nueva familia.