“Un hoy vale por dos mañanas”- Benjamín Franklin

La efervescencia política en Veracruz comienza a subir de tono, las presiones ejercidas por algunos grupos empiezan a generar tensión en la olla de la política, en donde los aspirantes se cuecen por encabezar el gobierno de la entidad.
Dice una famosa frase empleada por los iniciados del juego político: “si a mediodía el pueblo dice que es de noche, hay que encender las farolas”.
Esto pasa en la entidad, este lunes el Congreso del estado tendría todo listo para la aprobación de una reforma al Código Estatal de Procedimientos Electorales, cuando de inmediato una contraorden detuvo todo.
No se sabe si fueron los datos vertidos por el Cisen a través de la encuesta denominada “Proceso Electoral 2016, Primera Encuesta para la Gubernatura Veracruz”, los que dieron al traste con lo planeado, pero lo cierto es que el gobernador Javier Duarte optó por los tiempos.
Tan sólo este lunes Duarte de Ochoa expresaba que “no hay prisa”, queda aún mucho tiempo para estudiar, analizar con oportunidad los tiempos de la gubernatura del estado, tema en el que muchos han opinado si debe o no ser de dos años.
Dicen que es de sabios analizar, enmendar, recomponer y hasta trazar el nuevo rumbo, pero el mandatario estatal afirma que “en materia política y en materia constitucional se cuenta con suficiente tiempo, cada cambio se deberá hacer con sumo cuidado, con mucha atención para determinar qué es lo que le conviene a la sociedad veracruzana”.
Javier Duarte asevera “que no hay que calentarnos, hay que meterle frío al tema, hay que analizarlo con cuidado, en su momento habré de proponer al Congreso del estado lo que consideremos que es mejor para Veracruz”.
Pero, ¿que conviene más a los veracruzanos?, es la pregunta. La supuesta alianza de los tres Yunes, Héctor, “Pepe” y Miguel Ángel, a la que se habría unido Dante Delgado, habla de una verdadera escalada para evitar a como dé lugar una gubernatura que en la lógica suena como la más viable.
Lo vertido en el texto constitucional federal sobre la concurrencia de sólo una elección ha servido e intentado maniatar los esfuerzos por acabar con el dispendio electoral que a todas luces es causal del limitado crecimiento del estado.
¿Convendría más erogar 800 millones de pesos hoy que 4 mil o 5 mil millones de pesos en cinco años para garantizar lo impostergable?
Pretender señalar que una candidatura de cinco años será la solución suena ilógico; para ¿que esperar?, cuestionará la ciudadanía, que en la realidad está harta de tanta demagogia y tanta campaña política.
De dilatar la reforma, sólo Veracruz perderá.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo