No creo que el uso pleno de las nuevas tecnologías sea malo, al contrario. Sin embargo, tampoco soy de la idea que se deba dejar todo a las redes sociales y sitios de Internet para difundir las actividades gubernamentales o promocionales de quienes viven del erario y en teoría para servir a quienes contribuyen a éste.
En la actualidad resulta redituable invertirle tiempo, dinero y esfuerzo al activismo cibernético ya que es ahí en lo digital donde se están moviendo los comunicados, los debates, las ideas y por supuesto que los ataques, hablando, claro está, de la actividad política.
El presidente Enrique Peña Nieto, quien tiene poco más de 2 millones 811 mil 582 seguidores (a la hora de redactar esta columna) y más de 4 millones 31 mil 910 “me gusta” en Facebook, sabe de la importancia que tiene el buen uso de las redes sociales como forma de cercanía con la sociedad en esta era digital. El jefe del Ejecutivo federal, quien por cierto abrió twitter cuando se postulaba como candidato a la máxima magistratura de la nación, tiene un contenido cuidado en sus tweets, estados y fotografías, tanto en Twitter, Facebook e Instagram cuestión que le ha resultado útil en su imagen institucional aunque en la opinión pública para los usuarios de las redes sigue siendo el político más atacado dentro de las mismas, claro está por la envergadura que su cargo representa, aunque también no ha logrado penetrar de forma positiva totalmente o de manera mayoritaria dentro del público crítico y ácido que se encuentra en la red.
Es más, si usted, amable lector, visita la liga www.presidencia.gob.mx, encontrará una página sumamente visual en la que hay más fotografías e íconos que texto, botones que acceden directamente a las redes institucionales y éstas a su vez a las redes del presidente, razón que ha permitido al mandatario mantenerse cerca por lo menos en esencia de muchos mexicanos usuarios de la Internet, y claro que un sinfín de usuarios extranjeros que constatan las actividades del político originario de Atlacomulco, Estado de México, de la generación que nació en los años 60.
Otro político que también es usuario constante y sonante de las redes sociales es el “poblano” Javier Lozano Alarcón, ampliamente reconocido por propios y extraños como un tuitero de la política. Quien fuera secretario de Trabajo en el sexenio del “calderonismo”, cuenta con 187 mil 28 usuarios en la red social de Twitter y se ha distinguido particularmente por cuatro cosas que hacen el contenido del actual senador de la república innovador y digerible:
1. Las efemérides de cada día: ahí Lozano Alarcón da fechas históricas sobre acontecimientos relevantes como promulgación de leyes, natalicios y aniversarios luctuosos de personajes ilustres, cuestiones históricas de carácter deportivo, entre otras.
2. Debate y sarcasmo: Javier Lozano se ha distinguido por dar a conocer sus opiniones personales en Twitter. Es sabido que sus intereses convergían en torno al triunfo de Ernesto Cordero en la disputa por la presidencia del CEN del PAN, por lo que el maestro de la Escuela Libre de Derecho no tuvo “pelos en la lengua” al escribir descalificaciones hacia el hoy presidente y hasta hace unos días aspirante a reelegirse dentro del PAN, Gustavo Madero.
3. Su gusto por la música: Javier Lozano es un fanático de la ópera, o por lo menos eso refleja en su “timeline” de Twitter; por ejemplo este domingo tuiteó sobre el conservatorio de música en París y el teatro Alla Scala de Milán, una de las más importantes casas de ópera según su propia redacción.
4. Por último su “HashTag” #NoSeanOrdinarios, en el que hace alusiones a cosas diversas, pero muchas veces centradas en política incorrecta, criticando el actuar de algunos de sus correligionarios o compañeros de una forma burlona, con cierto humor negro.

Otro que también ha comprendido la importancia de las redes es el mandatario mexiquense Eruviel Ávila Villegas, quien bajo el “HashTag” #EruvielInforma, logró ser la primera tendencia nacional en el momento preciso que rendía su segundo informe de gobierno, además de implementar un nuevo formato de rendir cuentas a la ciudadanía y ya de paso, por qué no, hacerlo extensivo a todos los curiosos que circulaban en ese momento por las redes sociales.
Sin lugar a dudas las redes sociales y las nuevas plataformas informativas son una tendencia de crecimiento constante y sonante. Quienes aspiren a un cargo de elección popular en nuestra entidad deben entender eso, las tecnologías de la información se han vuelto una manera de hacer un mensaje masivo desde la comodidad de tu casa, oficina o en el trayecto a bordo de un vehículo. Son las redes, las que si no definirán, sí inclinarán la balanza en comicios futuros como el de 2015 o el de 2016, donde nuestros aspirantes aún no están muy familiarizados con esta nueva forma de hacer política efectiva.

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