16 de Abril de 2024
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LA VERDAD IMPRONUNCIABLE
Jorge Fco. Cabral Bravo
2014-11-27 - 10:20
El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de ciudadanos con la exclusión de los demás, sino la felicidad de todos. (Platón)

Los integrantes de la clase política mexicana viven en un lugar donde no opera una ley básica de la física: la ley de la causa y el efecto. Así de simple y así de claro. En el mundo en el que ellos viven los actos no tienen consecuencias; todo se puede y todo se vale; todo es posible, pues de sus acciones y omisiones no se derivan efectos que los toquen.
El universo espacio-tiempo en el que deciden, actúan o no nuestros políticos, es uno separado del que habitamos el resto de los mortales. Se trata de un pedazo de mundo en cuyo perímetro se alza, imponente, una muralla impenetrable. La muralla en cuestión les ofrece a los habitantes de ese tramo del universo, impunidad completa, impunidad a prueba de todo, impunidad redonda y resistente a cualquier cosa, incluido el tiempo.
Apertrechados al interior de ese espacio, los políticos mexicanos gozan de una libertad extremadamente peculiar. Una libertad que no le rebota al que la ejerce. Una libertad en las que las decisiones afectan a otros, pero nunca al que las toma.
Una libertad que es pura causa, sin efectos para aquéllos que la usan, la gozan y la ejercen.
No es nuevo el cerco de impunidad en el que vive nuestra política. Los orígenes de ese estado de cosas se pierden en el largo tiempo de la historia. Lo nuevo hoy de ese lugar más allá de las leyes de la física, en el que departen, actúan, callan y duermen los políticos del país, es que es más visible y más costoso para todos.
La impunidad se alimenta aquí y en cualquier lado de dos cosas fundamentales: oscuridad y poder.
La impunidad florece al cobijo de la opacidad. Donde nada se sabe con certeza, donde todo es vago y ambiguo, donde la luz no pega, crece a sus anchas esa libertad espuria que no tiene que hacerse cargo de sí. El otro pilar de la impunidad es el poder mayor del impune frente al de aquél o aquéllos que quisieran resistírsele o pedirle cuentas. En estas tierras, como en tantas otras, ese poder de los impunes es un amasijo complejo que incluye la coacción, pero no se agota, en absoluto, en ella. Ese poder impune se basa en la fuerza, sí, pero también en la convivencia, en la ignorancia, en la complicidad, comodidad e indiferencia de muchos de los que vivimos bajo su imperio.
La espina dorsal de la república está herida y sus heridas están a la vista de todos. Las investiduras que tienen en préstamo nuestros políticos están hechas pedazos. Toca rescatarlas y pedir cuentas. Toca instaurar la ley de la causa y el efecto en la casa de la política.
Sirva, para ello, nuestra indignación y toda esa energía social despertando y buscando cauce.
Sirva nuestra tristeza y nuestro hartazgo para que pesadillas como las de Iguala, Salvador, San Fernando y tantas otras dejen de ser posibles.
Dicen varios alcaldes de Guerrero que están dispuestos a que los investiguen.
Habría que tomarles la palabra. Habría también que pedir cuentas sobre las muertes sin fin de la administración pasada. Habría que abrir puertas y ventanas al lugar amurallado en el que viven los políticos mexicanos. Puertas y ventanas para que sea visible lo que pasa adentro y para que los actos de esos políticos tengan consecuencias para ellos, hoy y siempre.
Para lograr algo así haría falta transformar la indignación de este momento en un caudal de atención constante.
Después de leer un periódico, de escuchar o de ver un noticiario, queda una sensación de tristeza, de ahogo, incluso de desesperanza.
En el inconsciente permanecen las ideas; en el inconsciente, tal vez, las palabras.
Me detengo ante el diario que leo, cualquier diario, cualquier día, y apunto el campo semántico de nuestros días.
Voy escribiendo, mientras leo y sin agregar ninguna, las palabras que hoy imperan en las noticias, las que más se repiten, las que van dejando una estela de incertidumbre.
Éstas son las que encuentro en dos ediciones de un diario de información general.
Violencia, sabotearon, bloqueos, manifestaciones, protestas, fuego, marcharon, incendiaron, destrozaron, víctimas, impunidad, fosas, sepultados, exhumación, abatidos, ejecutados, sobrevivientes, perseguidos, barricadas, encapuchados, cocaína, mariguana, metanfetaminas, heroína, tortura, etcétera.
Encuentro también frases, uniones de palabras que han terminado por ser acaso una palabra, expresiones que se leen a golpe de vista, frases hechas ya, a fuerza de repeticiones incesantes.
No se trata de culpar a los medios que al fin reportan lo que sucede, sino de reconocer que hoy nuestras palabras están ligadas a hechos y entornos difíciles, lo que no debe llevarnos a la desesperanza, sino a la conciencia.
Y, desde luego, a la decisión de transformar esta realidad para que nuestro ánimo y nuestras palabras nos conduzcan a un mejor horizonte, a un campo semántico distinto.
En otro tema, independientemente de los elogiosos comentarios que siguen escuchándose en el estado de Veracruz, referentes a la comparecencia ante la Comisión de Gobernación del Congreso del estado, por el responsable de la gobernabilidad, Erick Alejandro Lagos Hernández, rechazó que organice manifestaciones sociales, que retenga a manifestantes en carreteras del estado o utilice la fuerza pública contra manifestaciones. Aseguró que en Veracruz se respeta el derecho de libre expresión y todos los manifestantes son atendidos.
Aquí debemos distinguir entre lo que es retención, privación ilegal de la libertad o instalar mesas de trabajo. De las expresiones que hemos atendido no hemos retenido a nadie. En Veracruz durante este gobierno no se le da la vuelta a los problemas como lo hacían los viejos políticos, que pateaban el bote para ver quién resolvía el problema porque ellos iban de paso. En el tema de la seguridad se actúa con base en estrategias, no con base en ocurrencias.
Porque aquí en Veracruz hemos hecho que prevalezca la fuerza de la política, por encima de la política de la fuerza.
No se debe olvidar que todos vivimos en Veracruz, en donde hay un titular del Poder Ejecutivo, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y eso obliga a que la secretaría este muy al pendiente escuchando a la sociedad, dirigentes y grupos juveniles.
El actual gobierno estatal ha hecho del diálogo constante la herramienta fundamental para intercambiar puntos de vista.
Aquí destacó el esfuerzo, dedicación y sobre todo resultados del subsecretario Marlon Ramírez Marín.

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