Una vez que han concluido los trabajos de la Cumbre Iberoamericana, el joven gobernador de Veracruz, Javier Duarte, se ha ganado el derecho a tenderse en una hamaca y dormir por horas “a pierna suelta”.
Duarte ha demostrado a propios y extraños que ha crecido en el oficio político y, además, con calificaciones de sobresaliente en las materias de organización, logística, seguridad, entre otras.
Primero los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que fueron muy cuestionados antes de su celebración y que se desarrollaron en orden y paz pública con la presencia de más de 5 mil atletas de diversos países, demostraron que Veracruz sabe cumplir, y bien, con sus compromisos.
Ha tocado el turno a la Cumbre Iberoamericana, que requería de una rigurosa agenda y por supuesto de organización puntual, cronométrica y, especialmente, de seguridad, por tratarse de jefes de estado, de gobierno y del rey de España.
Las dos encomiendas han resultado exitosas y, desde luego, el peso de la responsabilidad estaba en Veracruz y en su gobierno… Hoy, el gobierno del estado y Veracruz entero, pueden decir orgullosamente: MISIÓN CUMPLIDA.
Y corresponde a los veracruzanos saber reconocer que tenemos a un buen gobernante, sensible, que sabe ser director de orquesta y que se ha convertido en un buen líder y ése, a pesar de su juventud, ya es un señor de la política: el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
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