Muchos factores se han concatenado para propiciar el hartazgo de la sociedad mexicana, hablando en términos generales. La depreciación que ha tenido el peso en función del dólar, en gran parte se debe a los bajos precios del petróleo, ya que la mezcla mexicana ronda por los 53 dólares el barril, cuando llegó a más de 100 dólares no hace mucho tiempo. Debemos entender que ésta es una guerra y que alguien tiene que salir beneficiado y también perjudicado. Por lo pronto nuestro país, que depende en buena medida de los ingresos petroleros para financiar el gasto del gobierno, sobre todo el federal, está siendo perjudicado en gran medida. Se habla que la OPEP no ha querido disminuir la producción del petróleo, para de esa manera obligar a que el precio por barril del crudo, repunte.
Por otro lado el dólar, que llegó a niveles insostenibles de uno por cada 15.05 pesos, ha venido a mermar la economía de los mexicanos, ya que ahora todo subirá automáticamente de precio y si no lo veremos en uno cuantos días. Para la depreciación del peso frente al dólar, debemos considerar las condiciones favorables en los Estados Unidos, hablando sobre todo de aspectos económicos y desfavorables para el resto del mundo, incluyendo a nuestro país. En lo que va del año de 2014, el peso se ha depreciado frente al dólar en 12.4 por ciento. Se habla de expectativas más favorables durante el próximo año, pero no es posible prever nada en estos momentos aciagos, porque cuando menos a corto plazo no se vislumbra un repunte importante del valor del peso y tendremos que lidiar con el tipo de cambio actual, por un buen tiempo. Banxico estableció que si el peso se depreciaba frente al dólar más de 1.5 por ciento, pondría a subasta 200 millones de dólares, cosa que finalmente sucedió, haciendo notar que esta medida no se ponía en práctica hace más de dos y medio años.
Sin embargo la corrupción rampante, sobre todo de los diferentes niveles de gobierno, no sólo el Ejecutivo, sino también el Legislativo y el Judicial, pasando por los gobernadores y los presidentes municipales, refiriéndome en términos generales, pues hay sus contadas excepciones, es un hecho. Nos ha tocado ahora un presidente muy frívolo y falto de preparación, que representa fielmente lo que es su partido, el PRI, un presidente que se va más por la buena presentación, el buen peinado y deja de lado las cosas más profundas que le afectan a la sociedad. Podemos sacar la conclusión de que no podían llegar toda esta serie de factores en un momento más inoportuno para el presidente de la república.
La falta de capacidad del gobierno federal para afrontar las consecuencias de lo que sucedió en Guerrero, es reflejo de lo que sucede en muchas partes de la república, es sólo una muestra de lo que está pasando en nuestro país. La gran corrupción puesta en evidencia con la famosa casa blanca del presidente o de su esposa y ahora con la mansión que compró el secretario de Hacienda en un campo de golf muy exclusivo, son sólo muestras, insisto, de lo que está sucediendo en nuestro país. Es por todos esos factores y muchos otros, que existe un verdadero hartazgo de la sociedad.
No sólo afectarán los intereses económicos de la mayoría de los mexicanos, sino que afecta también la corrupción en donde ya no sabe uno si irle al pinto o al colorado, pues la mayoría de nuestros políticos están afectados por la corrupción y no hay forma de pararla, pues ellos son juez y parte del mismo juego y viven en otro mundo muy diferente del que vive la mayoría de la población, quien tiene que enfrentar el día a día para salir adelante. Una forma de acallar y hacer cambiar esto, es no quedándonos callados y pasivos frente a lo que está sucediendo. Aprovechemos las oportunidades de expresión que se nos presentan y hagamos uso de ellas. De otra manera el hartazgo social puede llegar a límites insospechados, aunque digan que estas circunstancias políticas están siendo aprovechadas por gente sin escrúpulos, lo que es parcialmente cierto.
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