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A 86 Años, El PRI Ya No Hace Milagros
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2015-03-11 - 09:47
La varita perdió su magia. El viejo reloj se ha descompuesto; ya no puede engañar predicando la ley y aglutinando sólo intereses. El PRI no representa al electorado o a sus militantes, ni deriva su fuerza de ellos; tiene la fuerza que el Estado le confiere para hacerle el juego político y esa fuerza lo sostiene.
El mejor politólogo que ha tenido ese partido, Jesús Reyes Heroles, (que nada tiene qué ver con el “súper cisne, súper Beto o pavo real”, digo en pobreza ideológica), acuñó, entre otras muchas frases célebres, ésta: “El político que no sabe retirarse a tiempo, termina abandonado por la política”. Muchos ejemplos hemos visto y vivido (liveittobelieveit, vivirlo para creerlo).
Digan lo que se diga las declaraciones de principio, la verdad se ha desenvuelto en otro plano. El partido (PER, PRM Y PRI) no surgió de una coalición espontánea de votantes: fue organizado desde arriba por el entonces Jefe Máximo de la Revolución (ya olvidada por la nueva camada priista) al convocar a los partidos personalistas de las regiones a coaligarse y, una vez en la asamblea, a disolverse para formar una sola organización nacional de los revolucionarios, o así calificados por ellos mismos.
Mientras la teoría hablaba de instituciones y de leyes, la práctica formó un aparato que, manejado por una sola mano –la del Jefe Máximo, después la del presidente de la República- primero hizo toda la política y, al brotar disidencias, la dirigió e impuso, porque unificó a una heteróclita mayoría, más que por ideas, por intereses. Aglutinó, paradójicamente, a corrientes opuestas.
Bajo la bandera de la Revolución Mexicana marcharon y siguen marchando desde hace tiempo, en el partido, explotados y explotadores, pobres y ricos, clericales y jacobinos, gobernadores, diputados y alcaldes; líderes enriquecidos y obreros regimentados, caciques rurales y campesinos infeudados a ellos. Por ese pluriclasismo se abstuvieron de apoyar huelgas, boicots de consumidores, luchas por el derecho a sindicalizarse de los empleados bancarios, protestas contra los abusos patronales, etc., etc….
Se ha sostenido en una pirámide de caciques rurales y los tolera. ¿Qué hace el PRI para mantener aglutinados tan discordantes elementos? Ha confinado los principios revolucionarios al limbo de los documentos y los discursos y en la práctica no abre brecha ni señala al gobierno caminos a seguir, sino marcha a la zaga de los presidentes aprobando y aplaudiendo sus particulares versiones de lo revolucionario, igual el desarrollo estabilizador, reformas estructurales y leyes secundarias que el verbalista desarrollo compartido.
Lo que el régimen (partido y gobierno) sostuvo ayer como ortodoxo, lo desecha hoy y lo hará mañana como herejía revolucionaria. El partido mayoritario con Cárdenas fue agrarista y socializante, y con Alemán, partidario del latifundio encubierto y de la pequeña propiedad aumentada, ambos bajo la protección del amparo. Todo lo que diga y haga el gobierno en turno es revolucionario para el partido, aunque no lo pronuncien en sus discursos y lo publiquen en los medios. Esa ductilidad es una de las causas de su supervivencia.
A condición de permitir que los dirigentes del partido reflejen la opinión del gobierno en turno y de aceptarla como propia, todos pueden convivir en su seno. Y a los representantes de intereses privados -mediana y alta burguesía- no les conviene estar contra el poder; así, buscan colocarse con marbete de revolucionarios institucionales.
El camino más directo a los empleos y a los ascensos es el partido. La amenaza de exclusión del trabajo y otros beneficios dimana de los líderes que jefaturan las organizaciones constitutivas de los tres sectores. No hay esperanza de medro fuera de un PRI que todo lo pervade. Los jóvenes que quieren hacer carrera política se jurisdiccionan bajo un capitoste priista de cualquier calibre y siguenun camino de servicio, sumisión, a veces gran laboriosidad, sofocando las propias opiniones para adoptar las del jefe, y así no es imposible que lleguen a esa cúspide que todos los políticos ambicionan alcanzar: la Presidencia de la República, o la gubernatura, el poder de poderes.
Por el PRI han votado indiscutible mayoría, excepto en distritos y municipios aislados y aún en grandes ciudades, por convicción, por conveniencia, por temor a sufrir represalias si no lo hacen, por desesperanza, por inercia y aun por inconsciencia. A nadie pueden venir males materiales por votar en favor del PRI, en cambio sí pueden todos alcanzar algunos bienes.
De aquí que sólo los ciudadanos que colocan sus convicciones por encima de sus intereses
-o aquellos que prefieren medrar como paleros o chantajistas- estén en contra y formen partidos, corrientes, tendencias de oposición al régimen como es el caso del PRD, MORENA, MC. PARTIDO VERDE ECOLOGISTA, PT, NUEVA ALIANZA, PARTIDO HUMANISTA, ENCUENTRO SOCIAL, PARTIDO CARDENISTA (Veracruz) que sangran al estado con inmensas cantidades de recursos que cobran mensualmente.
Hace tiempo que los engranajes de ese eficacísimo aparato que es el PRI –aparato sin par- tronaron; comenzaron, cada día, con menos agilidad y vieron multiplicarse los núcleos de opinión que se le oponen y critican, sobre todo por su prepotencia y su falta de democracia interna. Hace tiempo entró en un declive de lenta decadencia el arreglo que sirvió a la estabilidad más de tres cuartos de siglo.
En estas próximas elecciones intermedias se verá si el gobierno agitará la bandera de la democratización dándole circo al pueblo; de hecho ya comenzó con la detención, con un montaje espectacular de esos que monta Televisa, del famoso delincuente llamado “La Tuta” y el no menos “Z-42”, que fueron distractores de los auténticos problemas que tiene México que está urgido de pan, no nadamás de circo.

“Por el orgullo de ser priistas”

La autocrítica y las reformas al PRI, si se hicieran ahora que ya está viejo de 86 años, serían resultantes que democratizarán su vida interna y eso sería cuestión que a éste interesan antes que a ningún otro partido, si desea revitalizarsedespués de este próximo proceso electoral, y sin duda lo intentará en la medida en que puedan vencerse los fuertes intereses creados que la han neutralizado para no hacer milagros pero sí millonarios a quienes, en los últimos años han ostentado y tienen el poder dejando al pueblo en medio de tremenda crisis, inseguridad, hambre y miseria y empobrecidas las finanzas.¡Felicidades, viejo partido!
César Camacho Quiroz, actual dirigente nacional, en un arranque eufórico gritó: “Por el orgullo de ser priistas”,durante el acto de conmemoración de los 86 años. Sí, seguramente el pueblo está orgulloso de Peña Nieto y su gaviota con su casita blanca; sentimos orgullo por la lista de diputados plurinominales, con “La corcholata” al frente; orgullosos por haber tenido a Fidel Velázquez, a Gonzalo N. Santos, a Carlos Hank González, al líder petrolero Carlos Romero Deschamps; a los que asesinaron a Colosio; por haber tenido como presidentes de la República a Echeverría, a Salinas de Gortari, a López Portillo. Y como gobernador a Fidel Herrera. Por todos ellos y más, estamos orgullosos y celebrando su viejo aniversario…

rresumen@hotmail.com


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