26 de Abril de 2024
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Ejemplo de vida
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2015-04-27 - 09:28
Buen día apreciado lector:
Con la aflicción y el sentimiento que les produjo la sorpresiva noticia de la muerte del maestro Guillermo Zúñiga Martínez, los magistrados del Poder Judicial Alberto Sosa Hernández y Eduardo Andrade Sánchez, comentaban el viernes en la ciudad de México sobre la personalidad de este hombre que en verdad fue muy apreciado por la sociedad veracruzana.
Acompañando al Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura de Veracruz a una reunión de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia, con el ministro Presidente de la Suprema Corte Luis María Aguilar Morales, Lalo Andrade recordaba cuando jóvenes, que en Orizaba en 1964 el maestro Zúñiga y él se trenzaron junto con Juan Rodríguez Pratts y otro personaje,en un concurso de oratoria que ganó el maestro, como preludio del nacional que se llevaría dos años después, consagrándose como un orador nato del certamen convocado por el diario El Universal.
Por eso fue muy oportuno el detalle del actual titular de la Secretaría de Educación del estado Flavino Ríos Alvarado, en el homenaje de cuerpo presente que se le rindió en la SEV, al recordar que "La vida está llena de raras coincidencias que nos hacen pensar en un poder supraterrenal. Ese poder que luego hace posible las cosas".
El ex secretario de Gobierno de Miguel Alemán Velasco se refería a que ese mismo día en que el maestro dejó la vida terrenal, en la Cámara de Diputados se aprobó celebrar el Día de la Oratoria cada primer viernes de marzo.
Comentó Flavino que la oratoria acompañó durante toda su trayectoria pública a don Guillermo Zúñiga, quien –dijo- fue “un claro maestro de la palabra; su magisterio informal lo ejercía a través de una retórica donde fluían las ideas acompañadas del dato preciso, de una erudición pasmosa, derivada de su amor a los libros”, rara coincidencia también por la celebración ese mismo jueves 23 de abril del día mundial del libro, explicó.
Flavino Ríos enfatizó que Guillermo Zúñiga fue campeón de oratoria en 1966 y poco después abrazó lo que realmente sería su vocación: el magisterio”
Este ilustre veracruzano al que hoy le rendimos homenaje, fue sin duda, un ejemplo inigualable para quienes nos desempeñamos en el servicio público. Siempre fue un amigo afectuoso que tendió la mano a la gente que más lo necesitaba. Toda la comunidad educativa de Veracruz.
Pero si de algo se puede resaltar sobre la vida del maestro Zúñiga, eso es, como dijo Ríos Alvarado, su honestidad:
“En los cargos políticos que el maestro Zúñiga ocupó, siempre se desempeñó con probidad en el uso de los recursos públicos, fue alcalde de Xalapa, cargo que hoy ocupa con mucho orgullo su hijo Américo, además, fue diputado local y federal en diferentes legislaturas, pero también fue presidente del PRI y se desempeñó con éxito distintas campañas políticas”.
Alguna vez los mal pensados –por decirlo de alguna manera- le criticaron que se había quedado con cheques de la federación, yo quisiera que alguien probara con pruebas irrefutables que Guillermo Zúñiga Martínez “se clavó” algún cheque.
Se dé un caso de una persona a quien su antecesor en el cargo le otorgó una plaza magisterial. El afortunado la trabajó unos meses pero tuvo que dejarla porque no podía cumplir con las horas destinadas.
Al paso de unos meses más, al llegar Zúñiga al cargo ese afortuinado fue llamado a la oficina del titular de la SEV, que antes se llamaba de otra forma y se dio este diálogo:
Dijo GZM: “oiga fulano, ¿usted tiene mucho dinero verdad?
-Por qué me dice eso maestro, usted me conoce.
-Es que tiene ahí una plaza abandonada, ¿si no la puede trabajar, alguien de su familia no lo podrá hacer?
De esta manera se rescató la plaza, la trabajó una persona de la familia y hasta la fecha, después de su jubilación, alguien más resultó beneficiado con esa generosa decisión del maestro Guillermo Zúñiga Martínez.
Este es un pequeño homenaje a quien supo desempeñarse con eficiencia y honestidad en una de las tareas más complejas de la vida actual.
Un abrazo solidario para la maestra Guillermina, para Américo y para sus otros hijos Guillermo y Anilú, igual para sus colaboradores que pierden un jefe generoso.
Que tenga usted lector una semana de parabienes.

gustavocadenamathey@hotmail.com

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