En los hechos lo único real es el acuerdo Javier-Héctor que ha dado lugar a una cascada de especulaciones en torno a quien será el sucesor en el 2016.
Real también la escalada sucesoria adelantada; una terna definida integrada por Pepe, Héctor Yunes y Alejandro Montano Guzmán, así como un proceso electoral por suceder –el del próximo 7 de junio-, en donde lo único claro que arroja es que por más que se diga que la decisión estará a cargo del gobernador Javier Duarte, la realidad política apunta en contrario.
Dada la crisis financiera y política que vive Veracruz, y el histórico federal del sexenio de EPN, que señala que es el presidente quien está decidiendo los nombres de los hombres que contenderán por las gubernaturas y la exigencia social de ya no más Fidelidad ni Duartismo, es que el centro y no Javier será quien tome la decisión.
Será luego del siete de junio cuando se etiquete y perfile al sucesor de Javier Duarte.
Será después de esta intermedia y no antes por razones político electorales obvias y no hasta el 2016 ya que la movilidad de los grupos políticos impone marcar una línea priista de cara a un creciente PAN con Miguel Ángel Yunes a la cabeza.
Es por ello que lo que hoy se observa es tan solo ruido mediático.
Hay quien jura por ésta que en junio se enviará una contrarreforma para cambiar el ya aprobado mandato constitucional e imponer una gubernatura no de dos, sino de cinco años. Ilusos.
Hay quien sostiene con la Biblia en la mano que el sucesor de Duarte es el senador Héctor Yunes Landa, porque así lo decidió el primero en acuerdo en lo oscurito sin considerar que lo oscurito no vale, no cuenta, no sirve, que es de palabra y ni siquiera de eso ya que no hay respeto a la misma.
Lo que sí existe es diálogo entre Javier y Héctor que se ha traducido en prebendas y espacios de poder. Lo que sí existe es un acuerdo hasta el momento no violentado, aunque sí resquebrajado, entre Héctor y Pepe.
Acaso por ello en la más absoluta discreción se mueve el tercero en discordia. Alejandro Montano tiene una presencia sobria en Veracruz, no así en el centro donde trabaja a mil por hora en los círculos de poder federal siempre arropado por el sector castrense, siempre bajo la tutela de don Miguel Alemán, el hombre más cercano al presidente y siempre con la simpatía del propio jefe del ejecutivo que en los eventos públicos lo coloca en los primeros planos.
¿Quién decide, entonces?
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo

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