A Fidel Herrera le importa un cacahuate haber dejado una herencia maldita en Veracruz.
Le tiene sin cuidado no ser querido por buena parte de la ciudadanía, haber dejado endeudados a los veracruzanos los siguientes 30 años, traída la delincuencia organizada, dejar al campo en total abandono, cero empleos y productividad para la ciudadanía y una clase política totalmente dividida.
Vaya ni siquiera le despeina el rizo haber sido exiliado a Oaxaca, en la más clara señal de su partido del ¡ya no te queremos en Veracruz!
Le vale.
Y es que desde que llegó en el 2004 no se ha ido.
Después de una vida en el DF y hacer fila 30 años para llegar a la gubernatura decidió facturarse la entidad, traerse a su gente, familia incluida, y hacer bueno eso de que los siguientes tres sexenios son los nuestros.
Después de Javier Duarte ahora la pretensión camina en torno a Carolina Gudiño Corro o el plan “B”, su hijo Javier Herrera Borunda, un chavo que no tiene la menor idea de lo que es gobernar ya que su vida ha transcurrido entre desmesuradas riquezas, caprichos y desmadres.
Por lo pronto el inefable ex gobernador, quien despacha –no en Oaxaca- sino en suntuosos despachos de Boca del Río, de la mano de un ejército de amanuenses, trabaja por Carolina Gudiño para arrebatarle la plaza a Miguel Ángel Yunes Linares.
Ofende además la inteligencia de los veracruzanos trayendo a su hijo en recorridos por la entidad so pretexto de que será diputado plurinominal (por Chiapas) a sabiendas que su escaño es un regalo que no requiere campaña electoral alguna.
Llamadas telefónicas, maletas llenas de dinero, compromisos, alianzas y la guerra total contra el PAN es lo que ha desplegado el ex gobernador en abierto uso y usufructo del dinero, que no de su bolsa; es el recurso público que se le entrega en momentos de quiebra financiera total.
Y uno pensaría que lo prudente en Fidel sería la discreción y veda en esta época político-electoral, pero no. Eso no va con el autollamado “Tío”. La lucha es en abierto y sin recato a pesar de que en Oaxaca estén prendidos los focos rojos de una inminente derrota priista a manos de la izquierda.
Así, este veracruzano de infausta memoria, hoy delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Oaxaca, Fidel Herrera, adelanta victorias pero no para los oaxaqueños sino para su gente y regresa al viejo discurso.
“Las críticas hacia mi partido son la única forma que tiene la oposición para promoverse entre el electorado, debido a la falta de propuestas”.
Descarta asimismo que pueda (el PRI) tener un resultado desfavorable para los candidatos de la alianza PRI-PVEM durante las elecciones federales que se disputarán el 7 de junio.
Dice el prócer:
“Tengo muy claro que las críticas son el elemento político de las oposiciones, nosotros fuimos oposición 12 años, sólo que el espíritu, la convicción y la vocación del PRI de ser mayoría no nos llevó a esos extremos de usar la calumnia, la diatriba, la mentira extrema como instrumento de trabajo político; yo creo que los resultados hablan y en 14 días lo vamos a ver”.
¡Bravo!.. Es el Fidel de siempre.
Hay, sin embargo, una diferencia hace el cambio. Veracruz vive en el hartazgo. La inconformidad manifiesta ya se desbordó. El priismo está dividido y la gente ya no quiere más de lo mismo.
En el ánimo ciudadano está el no permitir más lucha entre clanes, grupos y personas que de paso arrollan a la sociedad civil y darle un vuelco al marasmo social que nos tiene postrados.
El sector gobierno, Fidel incluido, no lo quiere admitir pero la ciudadanía ya despertó. Transita al estallido. Quiere el cambio y ya en los hechos se observa un movimiento social de imprevisibles consecuencias.
Los tres Yunes –Pepe, Héctor y Miguel Ángel- están aliados. Le apuestan con todo y cuentan con el respaldo ciudadano y del Distrito Federal.
Eso de que el siguiente paso para los depredadores de Veracruz es la cárcel no es una frase de congratulación política, es el reclamo de todo un pueblo y la consigna misma de la Federación.
A 14 días de las elecciones las previsiones electorales adelantan importantes sorpresas. No será el derrumbe del PRI, ni antípodas de la gran victoria del partido Verde. Será simple y llanamente el principio del fin de un grupo empeñado en destruir a Veracruz que busca ser apartado.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo


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