24 de Abril de 2024
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No se ven signos de prudencia
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2015-07-01 - 08:54
El tiempo pasa.- El gobierno que tan grandes esperanzas despertó en la fecha ya lejana de su nacimiento, ha entrado en sus últimos meses. La etapa en la que no es posible cubrir ni ocultar muchas cosas, “el tramo más seco, más duro”. Los planes a largo plazo han pasado de promesas a documentos, se han convertido en melancólicos papeles. Ahora lo único importante es construir los medios para que el cambio que se avecina de los cuadros superiores se cumpla sin provocar peligrosas inquietudes. Esto obliga a usar habilidad y sentido político porque es visible, para quienes no sufren la ceguera del poder, que el crédito y el prestigio del régimen es deshacer crecientemente el señuelo de la continuidad.
Ser o no ser.- Es preciso repetir que hasta ahora el futuro sucesor de Duarte no se ha apartado de la ortodoxia y el ritual que marcan los tiempos y el partido gobernante. Será evidente que el hombre o mujer elegidos aceptarán la herencia con más cargas que beneficios. Pero esto es, por personal, secundario. El peligro aparecerá más tarde, dentro de unos cuantos meses o antes, cuando llegue a la meta sin la fuerza que da la ruptura o por lo menos la declarada y manifiesta voluntad de superar el pasado.
A pesar de los eslabones históricos que han unido a los que llegan a sentarse en la gran silla del poder de Palacio de gobierno, Gutiérrez Barrios y su grupo fueron distintos de Agustín Acosta Lagunes y su gente, tan diferentes como serían las personalidades rígida, noble, un poco burocrática de los Rafaeles Murillo Vidal y Hernández Ochoa en contraste con la juvenil, carismática y despreocupada de Dante Delgado o la de éste y la sombría de un López Arias o Patricio Chirinos. El aspirante con sus colaboradores deberán ser renuevos del árbol a cuya sombra crecerán y sus frutos tendrán que ser iguales. Esa es la esperanza de muchos que así lo creen y sería inmensamente saludable para el Estado de Veracruz, si es posible, que un personaje original irrumpiera en el drama o la comedia que estamos viviendo.
Las esperanzas mueren pronto.- Hace más de cuatro años y medio, cuando el cambio de dirección política como la que se avecina, era inminente, Veracruz cruzaba, como está pasando, momentos terribles: crisis, inseguridad, deuda pública inimaginable, problemas políticos y sociales, alguien se atreve a decir que hasta la ingobernabilidad está presente. Leyes mal redactadas y elaboradas y que fueron aprobadas por el Congreso, que atentan en contra de la ciudadanía porque no discutieron la significación de esos actos, la verdad es que por falta de cierta metodología, se hicieron confusos e incomprensibles para el pueblo. Nunca se ha actuado con prudencia y eso tal vez hubiera sido un régimen brillante.
Las tristes luces.- No obstante, con las últimas gotas de aceite se alimentan las lámparas en agonía. Todo inútil, las pequeñas llamas no pueden iluminar el porvenir incierto. Entre estos tardíos esfuerzos deben señalarse, principalmente, las reformas al Código Penal y a la Ley de salud.
¿Qué más le están preparando para enviarlo a la Legislatura? ¿Qué discursos están en proceso para que los diga en las conferencias de prensa los lunes a las ocho de la mañana?
Veracruz creyó hace casi cinco años, que la promesa de ir ¡Adelante! no era una metáfora. Supuso, al contrario, que existía un vasto plan de sanciones y depuraciones. Tenía otra idea. No lo imaginó como sabio legislador que descendiera de su Sinaí envuelto en palabras celestes capaces por sí solas de transformar al mundo. ¿Seguirá el estado hundiéndose en las aguas negras de la corrupción impune? Es lo probable, el proceso lógico, natural. A menos que, la sociedad veracruzana con su empuje indócil reconstruyan al estado. Esa deberá ser la tarea, levantar la casa, aun cuando sea sobre el pantano
Ojalá que todo esto que está ocurriendo sean signos apenas que señalen un buen camino en el último tramo. Los veracruzanos producimos y ganamos nuestra propia vida; no es necesario que nos ahorquen para impedirlo. Hay nobleza y aguante a pesar de que nunca hemos visto signos de prudencia.

rresumen@hotmail.com

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