El colapso financiero que vive Veracruz producto de los caóticos manejos financieros y la creciente deuda pública dio lugar a un sugerente encuentro.
En efecto, el jueves de la semana anterior a propuesta del gobierno de la república se produjo más que un acercamiento familiar “ese se verá en otro momento”, fue un diálogo entre el senador José Francisco Yunes Zorrilla y el gobernador saliente Javier Duarte.
Fue en Perote en el territorio de los Yunes hasta donde acudió el mandatario estatal a propuesta del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray.
Y es que el Distrito Federal está señaladamente preocupado por la situación financiera que vive Veracruz, a la par la contratación arbitraria de empréstitos para el pago del gasto corriente, la alarmante situación por la suspensión de pagos a proveedores, las irregularidades en los llamados pasivos que rebasan los 20 mil millones de pesos, el pago de intereses anuales que alcanza los 4 mil 80 millones de pesos, así como la situación de bancarrota no declarada que vive la entidad.
En su calidad de Presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República, Pepe Yunes fue convocado por el presidente Enrique Peña Nieto para que fungiera como interlocutor del diálogo y exposición de motivos económicos y administrativos financieros para el rescate de Veracruz.
Y así fue.
En poco más de una hora, en un marco de total respeto, guardando una sana distancia y sin mezclar lo político con el objetivo fundamental se expusieron dudas y posibles vías de solución iniciando por una mayor dinámica de entrega de recursos etiquetados. Es decir, que se traduzca en obra pública y evitar apetito alguno a quien quiera de meter el dinero a la licuadora.
Asimismo no habrá más contratación de préstamos ni a corto ni a largo plazo.
Para el gobierno federal queda claro que coyunturalmente Pepe Yunes es el idóneo para el rescate de Veracruz. Es justamente en la ciudad de México donde la preocupación se acentúa no solo porque lo que pasa en la entidad, sino por el descalabro que está padeciendo el producto interno bruto resultante de recurrentes endeudamientos en cinco entidades de la república, en lo particular Veracruz en donde no se ve reflejada la justicia social.
Por el contrario crece la sospecha de los malos manejos.
El diálogo Pepe-Javier se dio en ese marco, mismo que sirvió de pretexto, que más bien suena a grilla, para que el aparato estatal deslizara ante la clase política que la relación entre ellos estaba a partir de un piñón, que ya habían llegado a un acuerdo, que la “amistad” primó, que las diferencias en lo familiar estaban totalmente zanjadas y que una fotografía en otro evento por esos días ratificaba como fraternalmente se daban la mano “porque yo siempre le he tenido afecto a Pepe”, diría el gobernador.
La maquillada luna de miel pues. Pero nada más distante de ello.
El senador José Francisco Yunes Zorrilla ha dicho que su postura en lo político sigue sin alterarse. “No varía”.
Simplemente de manera coyuntural se le invita a servir de enlace con el gobernador Duarte en un tema preocupante, grave, pero sin que ello quiera decir que está de acuerdo con la manera en que financieramente se está manejando los recursos públicos que anualmente están arrojando un déficit de 800 millones de pesos.
Menos en la forma tan poco clara cómo se están destinando esos recursos, al igual que la sospecha de manejos irregulares. Hay preocupación por los efectos de la corrupción.
La relación político electoral tampoco sufre variación alguna al quedar en claro que José Francisco va en la puja por la candidatura para lo cual reclama juego limpio y decisiones de partido de carácter democrático ya que de lo contrario tomaría una decisión.
Una decisión que no pocos creen iría en el sentido de ver en quien queda la candidatura siempre respetando el acuerdo que trae con Héctor Yunes Landa.
Acaso Pepe considerará esbozar la posibilidad de entregar su capital político a |otro aspirante, jugar eventualmente una candidatura independiente o aliarse el grupo Yunes, los rojos y los azules, en una jornada comicial sin precedentes que de palo a una imposición duartista.
La moneda, sin embargo, no está en el aire.
Señales diversas provenientes del centro apuntan a una localizada simpatía por Pepe.
Las últimas semanas se han caracterizado por el fortalecimiento del diálogo con el grupo fuerte de Peña Nieto: Luis Videgaray este lunes después del evento donde el ejecutivo federal presentó una iniciativa de reformas de disciplina financiera para entidades federativas y municipios.
Ese fue un evento en el que por cierto estuvieron todos los gobernadores priistas menos Javier Duarte y donde en el presídium aparece Pepe Yunes al lado de Videgaray y a tres lugares del Peña Nieto… ¿significa algo?
El caso pues, es que no solo el lunes se encontró con el titular de la SHCP, sino que en las últimas semanas se han dedicado ambos a trabajar de manera personal en el tema financiero de Veracruz.
También el cabildeo en favor de Veracruz ha sido con Aurelio Nuño y este martes 18 de agosto se sucedió un largo diálogo, de cuatro horas, con José Antonio Meade, Secretario de Relaciones Exteriores.
Videgaray, Nuño y Meade son los tres más cercanos a EPN. Ellos fueron los constructores de su llegada a la Presidencia de México y uno de los citados, Videgaray, será quien eventualmente busque la estafeta del relevo.
De ahí la explicación del por qué finalmente Pepe se decide a jugar, con todo el dolor de su corazón, la bianual por Veracruz. Pepe forma parte de un proyecto en donde de llegar a la gubernatura de dos años, sentará las bases de apoyo al PRI (Veracruz es la segunda reserva electoral) con Videgaray a la cabeza, mismo que de triunfar colocaría en el staff cardenalicio a Pepe.
Es pues, en ese escenario promisorio, que Pepe –por lo que se observa- no tiene ninguna necesidad de acercarse a Javier Duarte o hacer pactos en lo oscurito como lo pretenden manejar los, estos sí, amanuenses afines al gobierno saliente.
Pepe Yunes seguirá guardando la sana distancia en espera de que en semanas, acaso inmediatamente después del V Informe de Duarte, el PRI –es decir EPN- dé a conocer quién será el abanderado para el 2016.
Y es justamente en ese momento en que Javier Duarte pasará a segundo plano.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo


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