24 de Abril de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
Contra los gordos
.
2015-08-22 - 09:42

“Dentro de cada hombre delgado hay uno obeso reclamando más espacio”. Evelyn Waugh

En 2014 el Congreso tomó la decisión de establecer dos nuevos impuestos que no venían en la propuesta original de Ley de Ingresos del Ejecutivo. Uno era un gravamen de un peso por litro a los refrescos; el otro, 8% a los alimentos de alto contenido calórico. En un momento en que los políticos están buscando nuevos impuestos para cobrar a los contribuyentes, se ha vuelto inevitable que se pregunten si los impuestos a los gorditos funcionaron, ya que quieren ver si es posible subirlos más. La respuesta depende de cuál haya sido el propósito original.
Si el objetivo era aumentar el dinero que reciben los políticos, la estrategia fue exitosa. En 2014 se logró “una mayor recaudación del IEPS por 6 mil 058 millones de pesos, principalmente asociada a los impuestos a cerveza y bebidas refrescantes, bebidas saborizadas y alimentos no básicos de alto contenido calórico”. Este monto, sin embargo, palidece ante los 57 mil 693 millones del aumento al IVA o los 145 mil 417 millones de nuevos ingresos no tributarios “debidos a mayores derechos y aprovechamientos” (SHCP, “Informe de finanzas públicas”, cuarto trimestre de 2014).
Si el propósito era reducir las ventas de refrescos y alimentos de alto contenido calórico, y golpear de paso a la industria que produce estos bienes y los distribuye en la economía formal, el resultado es también un éxito. La secretaria de Salud, Mercedes Juan, señala que las ventas de refrescos cayeron 6% en 2014 (La Crónica, 19.8.15) mientras que la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) apunta que el impuesto generó una caída de 2.5% en las ventas de la industria y la pérdida de mil 700 empleos (El Economista, 8.7.15).
Si lo que se buscaba en cambio era “disminuir la prevalencia de sobrepeso y obesidad en nuestro País”, como lo afirmaban los “Criterios generales de política económica 2014”, el éxito no es tan claro. No hay ninguna indicación de que hayan disminuido estos indicadores, aunque quizás es demasiado pronto para medirlo.
Los ejecutivos de la industria de bebidas y alimentos así como los comerciantes me dicen que sí hubo una baja en el consumo en un principio, pero que la gente se ha acostumbrado al aumento y ha retomado sus hábitos alimenticios previos. Hubo también mucha transferencia de consumo de productos caros a otros más baratos, pero con igual contenido calórico. El que las propias autoridades hayan exentado a los productos de alto contenido calórico de mayor consumo, como el pan y la tortilla, o que continúen subsidiando el azúcar, reduce la posible influencia en el sobrepeso y la obesidad. Otro factor que impide cumplir el objetivo es que el impuesto sólo afecta a la economía formal. En la informal, donde consume quizás un 60% de la población, no hay castigo. Las garnachas en los puestos callejeros no pagan el impuesto a los gorditos. Ni ningún otro gravamen.
Si bien la información de salud pública todavía no nos dice si los impuestos a los gorditos generaron una disminución del sobrepeso y la obesidad, es poco probable que lo hayan hecho. Estas condiciones son multifactoriales. La ingesta calórica es importante, pero también la actividad física del individuo. Mi rechazo personal a los impuestos a los gorditos, sin embargo, no proviene de su falta de eficacia para lograr los beneficios de salud que pretendían sus impulsores. Es inaceptable que el Gobierno quiera convertirse en una figura paterna que nos impone conductas “por nuestro propio bien”.
Usted disculpe
La Procuraduría capitalina ofreció una disculpa pública al ex tesorero del Sindicato Mexicano de Electricistas, Alejandro Muñoz, a quien encarceló durante seis meses en 2011. Al parecer los contribuyentes tendremos que pagarle también una indemnización. Muñoz fue detenido por el Gobierno de Marcelo Ebrard, al parecer porque aspiró a quitarle la Secretaría general del SME a Martín Esparza. Los contribuyentes pagamos los costos.
Twitter: @SergioSarmiento

Otras Entradas

Lo más visto