El pasado miércoles 23, el senador priista Héctor Yunes Landa difundió en su blog que de llegar a la gubernatura en 2016, “inhabilitará a funcionarios públicos que hayan incurrido en desvíos de recursos y empezará por investigar a los peces grandes, lobos, pececillos y demás, con el fin que devuelvan lo sustraído en forma indebida.”

El senador dijo que “aparte de combatir la corrupción hay que meter a la cárcel a los corruptos, dar ejemplos claros, que le dé miedo al funcionario público meter la mano al cajón donde está el cobro del impuesto predial; que la familia le diga que no haga eso porque su destino será la cárcel, y no sólo deben ir a prisión, sino devolver todo lo que se robaron e inhabilitarlos de por vida”. También sugirió “que a los nuevos funcionarios estatales deberían revisarles sus propiedades, cuentas bancarias y otros patrimonios, porque luego resulta que con sueldos mensuales de 30 mil pesos adquirieron lujosas mansiones y hay cosas obvias, el funcionario ‘ratón’ no sólo no oculta lo robado sino que todavía lo presume.” E inclusive afirmó que “muchos de ellos hasta contratan despachos contables para que tapen los hoyos de la corrupción, muchos compran talonarios foliados de facturas (…) en imprentas ubicadas en la Plaza de Santo Domingo de la ciudad de México, pero todos los que sean sorprendidos con esas prácticas deshonestas serán castigados”.
Pero este domingo, con motivo de su cumpleaños número 57 Yunes Landa recibió de manos del gobernador Javier Duarte un simbólico regalo: una caña de pescar.
Ayer, en la ceremonia de toma de protesta de su compadre Juan Carlos Molina Palacios como dirigente estatal de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la CNC, el legislador recibió una cálida felicitación y el obsequio de manos de Duarte de Ochoa, quien ante cientos de cenecistas presentes en el WTC de Boca del Río le dijo irónicamente: “He escuchado y he leído en algunos medios de comunicación su afición por la pesca, así que me permito regalarle al senador Héctor Yunes esta caña de pescar para que pesque esos ‘peces gordos’ que busca”, indicándole que “aquí en El Estero hay unos ‘peces gordos’ también muy importantes que puede pescar con esta caña”.
Pero además le pidió olvidarse de la consanguinidad que le une con la familia del diputado federal del PAN y aspirante también a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares, para mantenerse al tanto de los presuntos actos de corrupción que han cometido.
El señalamiento del mandatario veracruzano no podía ser más oportuno, ya que no sólo Yunes Linares –primo hermano de Yunes Landa– figura como indiciado en la investigación número AP/PGR/UEIDCSPCAJ/FECCSPF/M-VII/077/2015 que la Procuraduría General de la República le inició por el presunto desvío de 159 millones de pesos en la compra de medicamentos durante su gestión como director del ISSSTE en el periodo 2006-2010 así como por cuatro cuentas millonarias que le habrían sido detectadas en el extranjero, sino que también el hijo de éste y sobrino del senador priista, Miguel Ángel Yunes Márquez, actual munícipe de Boca del Río, acaba de ser denunciado igualmente por enriquecimiento ilícito ante la Fiscalía General del Estado por los diputados locales del PRI, María Belén Fernández del Puerto, José Ramón Gutiérrez de Velasco, Tonatiuh Pola Estrada, Raúl Zarrabal Ferat y Gustavo Gudiño Corro, quienes acusaron al edil boqueño de haber reportado un ingreso de 4 millones de pesos entre los años 2004 al 2010, que evidentemente no justifican la adquisición de dos terrenos y la construcción de su residencia, propiedades valuadas en 38 millones de pesos en total.

Gutiérrez de Velasco dijo que Yunes Márquez tendrá que justificar y comprobar de dónde y cómo obtuvo esos bienes. “Vamos a exigirle al fiscal Luis Ángel Bravo Contreras que actúe, que no sea un asunto que quede en la negociación política”, advirtió el ex alcalde del puerto de Veracruz y ex panista, quien adelantó que pedirán que se llame al arquitecto que construyó la residencia y a las personas que vendieron los terrenos para saber de dónde y cómo les pagaron. Incluso aseguró tener información de cinco empresas que constituyó el alcalde del PAN para tratar de justificar sus ingresos, lo que consideró como “una artimaña legal y fiscal” que también debe investigar la Fiscalía General del Estado. Recordó, además, que este hijo de Yunes Linares inició su actividad política en Veracruz en el año 2004, pues anteriormente residía en Estados Unidos, y que fue hasta 2010 cuando adquirió estas propiedades.

Este lunes los diputados priistas acudirían al Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) para pedir que se audite el manejo de los recursos públicos del ayuntamiento de Boca del Río. Por eso no fue casual que ayer domingo Yunes Márquez organizara una conferencia de prensa para anunciar que era víctima de una “persecución política”, que él no ha cometido “ningún delito”, que “no soy culpable de nada de lo que Duarte ha mandado a publicitar” y que “a los Yunes no nos van a doblar”.
Sin explicar ni detallar cómo es que se hizo de esas millonarias propiedades, el hijo de Yunes Linares sólo dijo que “cada peso que ha ingresado al patrimonio de mi familia ha sido fruto de mi trabajo en el gobierno y en el sector privado”, e inclusive se atrevió a señalar que “lo que Duarte intencionalmente hace es poner en riesgo a mi familia, a mi esposa, a mis hijos y también a mí al difundir que tengo cantidades enormes de dinero”.
¿Pero acaso no fue él quien en junio de 2014 simuló un intento de “robo” en su lujosa residencia de El Estero, a donde ahora el gobernador Duarte le pidió a Héctor Yunes ir a pescar “peces gordos”? El senador tendría que ser congruente, de lo contrario haría válido el sabio dicho popular de que “el pez por la Boca (del Río) muere”. ¿O cómo dice?

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