“El mejor libro es la conciencia.” – Víctor Hugo.

Inmersos los veracruzanos en el show mediático entre el gobernador Javier Duarte y el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez respecto a si procede o no las actuaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) por supuesto enriquecimiento ilícito acreditado en la adquisición de una propiedad en el municipio de Alvarado, la sociedad da cuenta del nuevo frente abierto por la administración estatal en contra de su principal enemigo político.
La campaña abierta desde el fin de semana, provocó este lunes que los ánimos se tensaran al punto tal, que pareciera que solo faltaba quien abriera fuego tras apersonar agentes ministeriales junto a un agente del Ministerio Público en el exterior de la propiedad señalada y en la que aseguraron pretendían realizar un cateo y/o diligencia como parte de las investigaciones.
Quienes conocen de las pasiones políticas en Veracruz, afirman que esta confrontación que ni los mismos responsables del gobierno estatal la conocen a ciencia cierta porque inició entre Fidel Herrera Beltrán y Miguel Ángel Yunes Linares hace muchos años atrás.
Ciertas o no, la realidad es que el gobierno estatal vía el Congreso del Estado y de la mano de la FGE pretenden erigirse en tribunal de cuentas y ente fiscalizador respecto al origen de las propiedades del munícipe, cuando simplemente, correspondería al Sistema de Administración Tributaria (SAT) llamar a cuentas al funcionario municipal si es que sospecha de manejos indebidos.
Pero vamos por partes, abría que refrescarle la memoria a los veracruzanos, corría el año de 1998, Miguel Ángel Yunes Márquez dividía su tiempo entre sus negocios en Veracruz y su vida en Miami, Florida, trabajando para empresas dedicadas a las operaciones financieras, el hoy alcalde, comenzaba a ganar terreno como importante empresario del ramo automotriz en la zona conurbada.
De la mano de su tío Germán –hermano de su padre- manejaban y operaban “Eurotec”, quizá el taller más grande del estado dedicado al repintado automotriz con la tecnología más adelantada para la época, Yunes Márquez ya comenzaba a ostentar una fortuna considerable.
En ese tiempo, gobernaba el país, Ernesto Zedillo Ponce de León y Miguel Ángel Yunes Linares se cubría bajo el manto protector del entonces secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano, quien lo cobijó y protegió otorgándole los cargos de Coordinador de Asesores del Secretario de Gobernación en el año 2000, Director General de Prevención y Readaptación Social y Asesor de la Subsecretaría de Seguridad Pública de 1999 a 2000 dentro de la misma SEGOB.
Para entonces los actuales responsables del gobierno de Veracruz, ni figuraban en el plano político nacional, mucho menos, contaban con la fortuna que ahora detenta, pero, el juego mediático, forma parte de otro gran distractor, uno que desvíe la atención de lo que realmente sucede.
En primera instancia el terror que viene, comenzará a tocar a su puerta, pues vía correo, el Servicio Postal Mexicano, le entregará a solicitud de la Secretaría de Finanzas y Planeación en la puerta de su domicilio los recibos por las fotos multas que comenzarán agobiar a los conductores en un afán netamente recaudatorio y que permitan al estado nuevamente llenar las arcas saqueadas.
Quizá en segunda instancia, salga la iniciativa de incrementar en 50 por ciento la recaudación del Impuesto a la Nomina, pero en el escenario de no ser así, al menos, las foto multas serán un muy buen ingreso que ningún gobierno despreciaría.

Al tiempo.

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