Aunque partiera de que Héctor Yunes tiene buenas ideas, de que es un político que se ha esforzado por llegar a donde esta, que ha hecho carrera y que su trayectoria es limpia como él mismo lo asegura, nadie puede negar que se trata de un político formado dentro de una estructura partidista a la que, por si fuera poco, es completamente leal y subordinado.
Tan leal ha sido que aguantó el golpe de Fidel cuando prácticamente sentía que tenía asegurada la candidatura y se la dieron a Duarte, sin embargo mostró, como siempre lo ha hecho, su absoluta disciplina al partido en el que ha militado toda su vida.
Es un hombre de lealtades políticas y no se anda con dobles tintas.
La cuestión seria saber si Héctor seguirá siendo leal al partido que le ha dado todo o a la gente a la que aspira a gobernar.
Pudiese parecer que no se contraponen una y otra, pero ante las actuales circunstancias en que Duarte deja a Veracruz, la realidad es que si sigue siendo fiel a su partido, obediente de las órdenes cupulares y rodeado de las mismas lacras que han saqueado a Veracruz, mostrará su completa deslealtad al pueblo que aspira a tener a un gobernante que se aleje precisamente de lo que Héctor tendrá a su lado.
Su lealtad política, que debiera ser un honroso mérito en otro momento, en la actualidad es un lastre que pudiese obstaculizarle el camino hacia la gubernatura.
Y ya dio los primeros pasos que indican su lealtad al partido al tener que tejer alianzas con los propios duartistas y fidelistas rechazados por la sociedad por su notable enriquecimiento y su involucramiento en actos de corrupción.
Solo habrá que esperar para ver quienes de esos políticos se ven en su campaña.
Por otra parte, Héctor parece mostrar en sus discursos un alejamiento pero solo de la administración del gobernador Duarte y no de los viejos políticos que ahí ha estado por décadas pasando de un cargo a otro y regresando como chapulines mamando del erario público y engordando sus finanzas a lo descarado.
Ya regresó a la vida política a Amadeo Flores, a Jorge salinas, que por cierto estaba en la banca, esperando su oportunidad y ya la tiene desde que fue el encargado de regresarle al gobernador la famosa caña de pescar. Ahora será uno de los hombres importantes del hectorismo.
Esta con él, Ranulfo Márquez, Edmundo Martínez Zaleta, Carlos Brito Gómez, Dalos Ulises Rodríguez Vargas, Carlos Rodríguez, Jorge Uscanga Escobar, entre otros tantos políticos que no sueltan el hueso de administración en administración. ¿Y las nuevas generaciones donde están?
Y todos son viejos zorros que conocen de lealtades sí, pero a su partido y a sus propios intereses, nada más, porque a la sociedad solo la utilizan para dejarse notar y no para servirla.
Héctor Yunes Landa será pues, la misma gata pero revolcada.
Su lealtad al partido no lo dejará actuar libremente en beneficio de la sociedad y será frenado por sus propios dirigentes nacionales para que no le toque ni un solo pelo al gobernador Duarte. Ya lo dejó claro el propio Manlio Beltrones a propósito de Moreira cuando afirmó que si quiere puede competir por una alcaldía porque sus derechos están intactos en México. Lo mismo le pasará a Héctor con Duarte.
El Yunes Rojo esta maniatado por su propia lealtad que le impedirá realmente emprender acciones para transformar al estado y rescatarlo de las mafias que lo tienen en su poder y que lo pueden llevar a perder la elección gubernamental, y no solo las figuras de este gobierno, sino las que estaban sin chamba y que ahora ven la oportunidad de reaparecer como los plus ultra del sistema político aplaudiendo al ungido para que los tome en cuenta si es que gana la elección este año.
Las caras nuevas de gente honesta, de profesionistas , investigadores, conocedores de la realidad que priva en Veracruz, los cuadros nuevos del priismo, los jóvenes, la gente que pudiese ayudar al candidato a mostrar un nuevo rostro de la política, ¿Dónde están?
Porque al lado de Héctor solo se ven las mismas caras de siempre y de hace años.
Parece un recicle de políticos, como dije, la misma gata pero revolcada. Ya se verá.