QUIÉN lo diría.

Con tan solo una petición directa a su contrincante político, Héctor Yunes Landa, echaría por tierra la candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares.

Vamos a abrir nuestras casas para que la sociedad vea cómo vivimos y si somos congruentes con nuestras declaraciones patrimoniales, le dijo durante uno de los debates entre candidatos a la gubernatura del Estado.

La petición, se volvió, de inmediato, un verdadero reto.

Miguel Calló y con ello, también cayó su candidatura a la gubernatura del estado.

Podría decirse que este fue el principal y único gancho al hígado que le pegó Héctor Yunes Landa. Con eso bastó para que Miguel Ángel Yunes Linares, prácticamente, se rajara.

¿Cuánto veneno hizo falta para terminar con una carrera política de años?

No se puede calcular, pero lo que sí es cierto es que la petición del candidato del PRI, tuvo una gran dosis venenosa que le llegó de inmediato al centro de su existencia política, pues se considera que el candidato de la coalición PAN-PRD, no se levantará en mucho tiempo, mucho más después de las elecciones del cinco de junio.

Es más, se considera que ni siquiera los constantes golpeteos políticos de carácter nacional e internacional, le hicieron tanto daño como la frase de “Vamos a abrir nuestras casas”, pues este fue un cañonazo bastante mortífero que superó a los que se habían dado anteriormente.

Héctor, tuvo la fuerza necesaria para hacer de Miguel Ángel Yunes Linares, a pesar de su cercanía familiar, un completo desastre de su carrera política, dejándolo tirado en el escenario político estatal, quizá, para no levantarse jamás, pero todavía, con la posibilidad de que se comience a integrar el verdadero expediente que lo pondría tras las rejas.

Así se dice ya, pues Miguel Ángel Yunes Linares, pretendía, entre otras cosas, cobijarse con la gubernatura del Estado, para no ser perseguido, pues sabe bien que la lumbre le anda cerca y que no tiene, hasta ahora, los argumentos necesarios para evitar que lo sigan persiguiendo, ya sea desde el Estado, o desde la federación.

Miguel ángel Yunes Linares, ya se cayó. No se levantará fácilmente, porque a partir de esta frase que le dijo Héctor Yunes Landa, convertida, como ya se dijo, en un verdadero reto político, Héctor, se adelanta en un porcentaje que nadie lo podrá alcanzar.

Prácticamente, la victoria esta en sus manos.

Los demás candidatos al mismo puesto, ya lo saben. Solo será cuestión de trámite, porque las elecciones habrán de confirmar que Héctor, es el bueno.

Y lo que decíamos hace unas cuantas semanas, en el sentido de que la verdadera situación política de Veracruz, en relación a la gubernatura del estado, se estaría definiendo en el primer mes de campaña política.

Así fue.

Hoy, Héctor Yunes Landa, goza de la confianza política de los ciudadanos veracruzanos, y consecuentemente de la preferencia electoral.

La primera parte del proyecto político de ocho años, casi se concreta. Esta es la política de Veracruz.