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Tras la silla hechizada
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2016-05-04 - 09:17
Silla, sillón, trono, silla gestatoria, solio, curul, banco es lo que buscan los candidatos que están “dispuestos al sacrificio”, como aspirantes a un asiento en la Legislatura, ora como soñadores al asiento mayor de nuestro estado apoyados por compadres, padrinos y sobre todo su partido político, con o sin alianzas.
Los veracruzanos -como muchos mexicanos- soñamos con sentarnos en la silla embrujada para que nos dé prestigio, clase, solidez económica, mando, poder y omnipotencia; no importa si ésta se nos presenta en forma de sillón giratorio, mullido “pullman”, derecha e incómoda de palo de ocote, alta e impotente como corresponde a un secretario de Estado, virreinal y mágica a la que únicamente acceden los gobernadores; “charra” para los líderes sindicales; albardón inglés para los militares, republicanos como las curules de diputados y senadores (aunque dicen las malas lenguas que muy pronto, en las próximas camadas de representantes populares le serán cambiadas por “reposets”.
La silla, así como la “chicharra”, es símbolo de grandeza ¿cuántas cosas no se pueden hacer desde ellas? ¿Cuántos favores y prebendas se pueden dispensar desde un sillón hecho espacialmente para “el hombre por Fabricas de Francia” ¿cuántos sueños de grandeza no se tendrán recostado sobre la silla hechizada ¿cuántos sinsabores y angustias cuando se está esperando sentado que suene la red privada, el celular y a lo mejor todavía haya teléfono rojo?
La silla es algo que se convierte en parte misma del individuo que logra sentarse en ella, la lleva -aunque sea en el subconsciente- a cualquier lado donde vaya, desde ella dicta, ordena, realiza, sufre, triunfa, se desvela. Pero se corre siempre un peligro… ¡Perderla!
Si Dios Padre le dice a su hijo que tendrá un lugar (una silla) de honor junto a Él en el reino de los cielos y los apóstoles de Jesús al saberlo le piden al Salvador que no los olvide y les guarde también lugar (sillas) en el reino de su padre, en México, en cambio, no obstante nuestra religiosidad, sentenciamos que el que va a la Villa (supónese que es la de Guadalupe) pierde su silla.
Para el político mexicano, más que al inglés, norteamericano o francés le duele dejar, ceder la silla hechizada que, generalmente, ha usufructuado por seis años, cree que sin ella pierde todo, que sin ella “no es nadie”, que sin ella desaparecen la admiración y el respeto. Fatalmente no se equivoca y, salvo una rarísima minoría de hombres centrados que desde un principio se medio preparan para dejarla, el resto, la mayoría, se desmoronan, se amargan, padecen las inevitables bromas, los desdenes y la ingratitud de aquellos a quienes ayudaron.
Las sillas de los restaurantes y los bancos de los bares son tomados por asalto por los funcionarios que no ‘repitieron’, quejosos, resentidos, amargados, descontentos rumian y lamentan su “mala suerte”, el no haber “hablado” con la persona indicada a tiempo. Se rodean de amigos a sueldo (no a sueldo de aviadores, sino a sueldo de jaibol).
Los temas de conversación son siempre los mismos: crítica mordaz a quien ocupa la silla que, según ellos, les fue injustamente arrebatada: … “Éste no sabe una palabra de nada… se dice abogado y nada más llegó al tercer semestre de la carrera… es economista de membrete y desconoce los parámetros, los insumos y las infraestructuras…”
Pero, como decía el abuelo, los hombres cambian y las sillas permanecen. Por lo pronto hay que elegir en estos comicios a los que deben ocupar, por medio del voto popular, las sillas de la calle Encanto y la que está frente al Parque Juárez. Hombres y mujeres que den la batalla para terminar con los corruptos y rateros a quienes hay que encerrar en la cárcel para que regresen lo que se tomaron del cajón y no era suyo.
Los nombres de los candidatos que quieren una silla, ya los conocemos… “y retiarto”.
Y mientras luchan por conseguir la ansiada silla embrujada, mientras tiran estiércol, todos contra uno, no nos queda más que esperar en casa sentados sobre una silla aunque no esté hechizada.

rresumen@hotmail.com

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