24 de Abril de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
Otra de los “defensores de animales”
“En épocas de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario” George Orwell
2016-06-11 - 09:22
La semana antepasada se difundió por todos los medios de comunicación la noticia de que en el zoológico de Cincinnati, Ohio, en una típica travesura a esa edad, un niño de nueve años se le escapó a su madre en un descuido de ésta y se metió por entre las rejas a la jaula (más bien sitio con vegetación y hasta un pequeño río artificial) de un enorme gorila africano. El video, como ya es costumbre, se subió a las redes y fue visto por millones; aparte, las televisoras lo reprodujeron una y otra vez.
En la toma se aprecia cómo el descomunal simio, después de examinar al infante, lo toma del brazo y lo arrastra y zangolotea violentamente en el agua del pequeño río artificial de la jaula y lo llevaba quién sabe a dónde. Las autoridades del zoológico hicieron lo correcto: le dispararon al animal para salvar al niño.
Pero lo que me dejó con la boca abierta fue la reacción de esos insensatos que se dicen “defensores de animales”, que empezaron a manifestarse, tanto en las redes de internet como físicamente en las calles, ¡protestando porque se haya salvado al niño matando al gorila!
No hay exageración: esos amabestias (perdón pero un puedo llamarlos de otra manera) hubiesen preferido que muriera el infante. ¡Llegaron hasta a pedir que se procesara a la madre por descuidada!
¿Hasta dónde ha de llegar la imbecilidad de algunos seres humanos?
Una jovencita de un programa de espectáculos de TV Azteca comentó: “Despúes de todo, si hubiera muerto el niño hubiera sido igual”… ¿Igual? ¡¿Igual?!, ¿la muerte de un niño que la de un animal?
Repito, sin exagerar: esos verdaderos odiadores del género humano, que se autonombran “defensores de animales”, hubiesen preferido que muriera el niño antes que el animal. Es una actitud realmente perversa que se está difundiendo la de pretender igualar la dignidad del ser humano con la de las bestias, con la de los irracionales.
Es la misma postura nociva de los que se oponen, por ejemplo, a que se sacrifique o siquiera se encierre a los perros callejeros, cuando son un foco de enfermedades, y un peligro del que las estadísticas nos demuestran la gran cantidad de personas que han sido mordidas por esos canes sin dueño, especialmente niños, quienes por su corta estatura son generalmente mordidos en la cara, y la mordida de perro es casi imposible de restaurar aún con cirugía plástica.
¡Ah! Pero se manifiestan y quieren que a quien mate a un perro callejero se le procese como si hubiese matado a otro ser humano. ¿Hasta dónde piensan llegar esos falsos adalides de los brutos?
Llegan en su esquizofrenia hasta a negar el hecho de que los seres humanos somos omnívoros; es decir, que tenemos derecho de matar animales para comer, para aprovechar sus pieles y demás productos y subproductos derivados de ellos. Eso es lo que prescribe la naturaleza a la que tanto dicen proteger. Sería lo mismo pretender impedir que los leones coman gacelas; prohibir a los gatos que se alimenten de peces, aves, ratones; que el pez grande se coma al chico, lo que esas personas de razonamiento distorsionado pretenden con su supuesto amor por los animales.
Y todo esto responde a una tendencia perversa internacional – como decía – de igualar la dignidad (o en ocasiones incluso ponerla debajo) del ser humano con la de las bestias. Basta ver cómo siempre colocan, como en el caso de los perros callejeros, al animal por encima del bienestar, de la salud y hasta de la integridad física de hombres y mujeres. De ahí proviene también la estupidez – así lo llamó correctamente el periodista Carlos Marín – de prohibir animales en los circos, cuando muchos de ellos recibían mejor trato y alimento que muchos seres humanos. Lo único que requería el asunto era supervisión; el cerciorarse de que no se diesen casos en los que, efectivamente, se maltratara o se malpasara a los animales de esos centros de diversión nómadas.
Lo mismo con los que fanática y obsesivamente se oponen a la fiesta brava, a las corridas de toros. Sólo les pregunto si es más digno para una res ser ejecutada en el rastro que morir en el ruedo. Y caen en el nivel más abyecto de fariseísmo si se dicen “defensores de animales” y comen hamburguesas, salchichas, filetes, tacos de carnitas, aunque…
NI LOS VEGETARIANOS SE SALVAN
Algunos, un poco más congruentes con su postura, optan por una dieta vegetariana (aunque no es la naturaleza del hombre ser vegetariano).
Se han hecho estudios en los que a las plantas se les conecta por medio de alambres a un aparato electrónico muy sensitivo que registra las más leves vibraciones, lo que ha comprobado que los vegetales “sienten”. Se experimentó, por ejemplo, haciendo a una persona acercarse violentamente con unas tijeras en la mano con la intención de cortarle una rama, y la pobre planta reaccionaba con miedo, con terror. Y por otro lado se ponía a una persona que la apapachara, le acariciara tiernamente las hojas y le hablara con cariño, y la planta registraba una reacción positiva.
En definitiva, en todo caso también constituye una crueldad alimentarnos de vegetales. La única solución sería dejarnos morir de inanición para evitar ser “crueles” con los demás seres vivos.
El ser humano es la cúspide y motivo primordial de la creación. Los irracionales y las plantas están para nuestro provecho y bienestar.
Los llamados “defensores de animales” exageran de tal manera en su postura, que ya no se les puede apoyar ni en algunos casos en que pudiesen tener razón.
Por ejemplo, al pasar en las madrugadas por el rastro municipal, me ha tocado escuchar el griterío de los puercos cuando los están sacrificando. Al menos en el caso de los cerdos, es evidente que se dan perfectamente cuenta de lo que les espera. Se me ocurre que los metan a un cuarto donde ni vean ni oigan cuando matan a los otros. No vamos a dejar de comer carne animal. Pero soluciones sensatas como esa sí son aceptables para evitar el maltrato inútil.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

raulgm42@hotmail.com

Otras Entradas

Lo más visto