16 de Mayo de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
2018 ya viene
.
2016-07-05 - 09:10
Veracruz ya nos dio una lección. El principal aliado de Miguel Ángel Yunes lo fue el propio gobernador del estado, no sólo durante la elección, sino a lo largo de todo su gobierno. Elevar el malestar y la incomodidad social a niveles nunca vistos aunado a a la estrategia fallida de apoyar al candidato de Morena, bajo la premisa de ¨Ningún Yunes gobernará Veracruz¨. Así, Peña Nieto se está convirtiendo en el principal aliado de los candidatos de oposición para la elección del 2018, en particular es el principal aliado de AMLO.

Los sonados casos de corrupción tendrán que ser juzgados por las autoridades correspondientes y al final sabremos que tanto fue verdad jurídica. Indudable que Javier Duarte enfrentó problemas graves desde el inicio de su gobierno, pero el pueblo jamás se enteró. No hubo la mínima calidad en la comunicación del gobernador saliente para explicar a la población el porqué de sus actos de gobierno, como hasta la fecha no la hay. Lo cual provocó que en el juego de las percepciones que determinan la intención de voto, el PRI, su partido político saliera muy mal librado en la última elección.

El mismo efecto está sucediendo con presidencia de la República. Cualquier candidato que pudiera sacar el PRI tendrá como principal enemigo el efecto Peña Nieto. Efecto que cada día obtiene más negativos, a partir de aquél brillante juego político que representó la conclusión de las reformas estructurales. Hoy, participar en una elección nacional para presidente de la República bajo las siglas del PRI, del Verde o Nueva Alianza, e incluso PT, significa cargar con esa enorme piedra. El punto de quiebre fue el asunto de la casa Blanca, que sirvió para descartar a Videgaray gracias a la casita de Malinalco.

En el PRI hay dos grupos muy definidos, uno es el conocido como Atraco-mucho + Hidalgo, y el otro representado por Manlio Fabio Beltrones quien de una manera brillante aprovechó la derrota del PRI para distanciar su figura y jugar la apuesta de ser el único presidenciable ajeno al grupo de Peña Nieto. Eso a pesar que Don Beltrone no goza de la mejor fama pública, pues también no ha sabido comunicar mejor sus positivos y minimizar sus negativos.

Por el lado de Acción Nacional, los tiradores para la grande son muy claros, por un lado está Margarita Zavala, quien a pesar de ser esposa de Felipe tiene enorme simpatía entre el electorado, no sólo el azul, sino también entre la población en general. Quizá lo mejor que podría hacer ella para lograr la candidatura y la presidencia sería divorciarse de Calderón, pues los cuestionamientos del tipo ^y que no veía lo que hacía su marido^ estarán a la orden del día en caso de ser ella la ungida. Y si no lo fuera, ya sabe que en sus manos tiene el resultado de la elección, pues si se lanzara como candidata independiente, le quitaría suficientes votos al PAN para evitar su triunfo. Así, Margarita se deshoja entre la operación política interna y el chantaje a su partido político.

Ricardo Anaya, a pesar de su juventud, ha demostrado con hechos (y sobre todo con el apoyo de algunos dinosaurios panistas) que puede ganar elecciones y reposicionar a su partido en la arena política nacional. Es un joven inteligente y entrón, que podría resultar muy atractivo para las nuevas generaciones de votantes, pero a quien le falta aún lograr un mejor posicionamiento de imagen, tanto para ser conocido como para aparecer como confiable en la percepción del elector.

El gobernador de Puebla, a pesar de los triunfos en Veracruz y Tlaxcala está muy atrás en la contienda interna del PAN, cargando también con el estigma de ser considerado dentro de su partido político como el candidato a modo del presidente Peña, lo cual lo ha mantenido muy alejado en las preferencias de los simpatizantes del partido azul.

Por el lado de la izquierda sólo hay un candidato con posibilidades de ganar la elección: Andrés Manuel. Cada día cuenta con más simpatizantes, y su discurso político simplista y sencillo permite que permee en todas las capas de la sociedad mexicana, incapaz de analizar más allá de unas cuantas frases con las que todos estamos de acuerdo. Hoy por hoy, la mejor pre-campaña por la presidencia de la República la ha realizado López Obrador, y no porque ya lleve dos campañas, sino porque paso a paso se gana la mente y los corazones de sus simpatizantes. Para lograr su meta, deberá sonar confiable para el resto de la población, deberá profundizar en su análisis de la situación actual del país y como resolver los problemas que hoy se presentan, y sobre todo, deberá de separarse de compañías indeseables a ojos de la opinión pública. El tiempo se agota también para él, pues tendrá que hacer cálculos políticos muy precisos, para decidir la línea discursiva y de alianzas que llevará a cabo a partir del 2 de diciembre, que es cuando ya inicia formalmente la temporada de ventaneo de ideas y candidatos para el 2018.

Al Sr. López (es que voy a comentar algo del PAN) le conviene que Margarita sea independiente y que Anaya sea el candidato de Acción Nacional. También buscará que no haya una alianza de hecho con el PRI, pues le queda muy claro que Peña ganó gracias al apoyo del presidente Calderón y de muchos simpatizantes de acción nacional, que decidieron olvidarse de Josefina y apostarle al caballo que consideraban más viable para ganarle a AMLO.

Una opción que puede sonar descabellada, pero que también está tomando forma en círculos de opinión, es que el PRI y el PAN vayan al 18 en una alianza pública con un candidato que no sea mucho de aquí ni mucho de allá. Con las debidas consecuencias del destape de la supuesta mafia del poder del PRI-AN, y con la dificultad que generaría en los simpatizantes de cada instituto político de votar por un candidato antagónico a su ideología, por alguien que se ha considerado el principal enemigo. Algo así como que si se unen Chivas y América, los votantes de chivas voten por un americanista y los del américa, voten por un jugador de las chivas. Aunque los resultados de la elección reciente, demuestran que el agua y el aceite pueden ir juntos, ya que los resultados de la unión PAN-PRD fueron muy satisfactorios, con Acción Nacional como partido ancla y el PRD como partido bisagra aportando unos votos más, pero los suficientes para ganar la elección, que Acción Nacional solo no hubiera ganado.

El escenario está puesto. Peña no se percibe como un presidente atento al clamor popular, sobre todo en cuanto al combate a la corrupción e impunidad, al combate a la inseguridad y a la atención de hambre y sed de justicia del pueblo de México. Le queda menos de un año para hacer algo al respecto pero no se percibe movimiento. Su propuesta de matrimonio igualitario generó simpatía entre los liberales, para quedar estancada en los sótanos del congreso. Las modificaciones a la ley 3 de 3 prueban el maridaje entre IP y Gobierno, pues mientras liberan a la IP de emitir sus declaraciones patrimoniales (en lugar de matizar quien debería entregarlas), de intereses y fiscal, también evita que se hagan públicas las de los funcionarios. Para efectos prácticos promueve la opacidad, y la falta de rendición de cuentas, que tanto urge combatir para convertir a México en una nación moderna.

¿Escogerá el PRI a Manlio a pesar de no ser parte del grupo Atlacomulco-Hidalgo?
¿Se unirán el PAN y el PRD para luchar por la gubernatura del estado de México?
¿Sacrificará el PRI a su candidato con tal de no ver a López Obrador en la silla del águila?
¿Qué negociaciones harán los dueños del dinero y del poder en México para designar al próximo administrador de la nación?
¿Volverá AMLO a sabotear su propia campaña y elección como ya hizo en 2006 y en 2012?
No deje de ver el próximo capítulo de tan interesante serie…. ^2018 ya viene^

www.josecobian.blogspot.comelbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

Otras Entradas

Lo más visto