26 de Abril de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
El Ignorante afirma
.
2016-09-23 - 14:01
Buen día apreciado lector:
Oiga, en los últimos años qué difícil se ha vuelto en nuestro estado la tarea del periodista.
No solo la del reportero, también la del editorialista.
Es obvio, el lector lo sabe.
La del reportero, tan complicada como arriesgada y peligrosa y así también está la del comentarista.
No les extrañe que con la aparición de las redes sociales y sobre todo la del incontrolable desorden social, en breve la carrera de comunicador pronto sea una carrera en extinción, porque habrá que considerar héroes a los que se arriesguen a seguirla.
Aún así, más allá de todo lo anterior, después de más de 40 años de escribir en medios impresos, en lo personal, este reportero confiesa que lo más arriesgado y lo más vergonzoso para quien escribe, primero es hacerlo con faltas de ortografía, pido perdón cuando así aparecen en este espacio.
Pero lo peor, cuando además de que se escribe con esas horrorosas faltas, haya gente que diga, que afirme, que grite a los cuatro vientos sobre cuestiones de las que no está seguro que sean verdad y hable por hablar, como para aparentar que está muy enterado o simplemente que sepa que son falsas y lo haga solo por fregar.
Qué pena propia, pero muchas veces qué pena ajena.
Esto lo escribo en razón de algunos temas calientes que se han ventilado irresponsablemente y con mexicana y desbordante alegría en la opinión pública de Xalapa y otras ciudades en los últimos días, temas de los que la sociedad debe estar alerta.
Sobre todo en cuanto a corrupción.
Por eso de plano dediqué la tarde del jueves a consultar algunos refranes del pueblo y algunas frases de la gente pensante de todos los tiempos y decidí transmitirlas y presentarlas en este espacio para que el lector las valore.
Por ejemplo, Leonardo Da Vinci, genio universal, decía que “quien en verdad sabe de qué habla, no encuentra razón para levantar la voz”.
Ahh, pero el refrán popular lo completaría con la sentencia de que “el idiota grita, el inteligente opina y el sabio calla”. En cambio, Benjamin Franklin, un político, científico e inventor estadounidense considerado uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, señalaría que “el sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice”.
Más contundente y molesto, Plutarco, el mayor de los dos sacerdotes de Apolo en el Oráculo de Delfos, donde era el responsable de interpretar los augurios de las pitonisas del oráculo, de plano sostuvo que “para saber hablar, tres cosas son precisas: saber pensar, saber escuchar y saber callar”.
Al respecto, un tanto conciliador el poeta italiano Arturo Graff precisó: “el saber y la razón hablan; la ignorancia y el error gritan”, lo mismo que Arquímedes de Siracusa cuando apuntó: “el que sabe hablar, sabe también cuándo”.
Igual, el presidente de la Alianza Francesa Georges Duhamel recomendaba prudencia al afirmar: “cuando se quiere saber una cosa, lo mejor que se puede hacer es preguntarla”.
Más quisquilloso, Quintiliano, nativo de la provincia hispanorromana de la europa Tarraconense, cuya fama proviene de ser el mejor profesor de retórica del mundo antiguo, fue tajante contra los imprudentes cuando dijo: “el que pretende pasar por sabio entre los necios, pasa por necio entre los sabios.
Finalmente, Aristóteles, discípulo de Platón y de otros pensadores como Eudoxo, maestro de Alejandro Magno, fue el más duro al expresar categórico: “el ignorante afirma, pero el sabio duda y reflexiona”.
Yo por eso prefiero preguntar antes de hablar.

Tenga el lector un grato y apacible fin de semana

gustavocadenamathey@hotmail.com

Otras Entradas

Lo más visto