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Trump, ascendente hacia la presidencia
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2016-09-24 - 13:53
En entregas anteriores he expresado, como opinión personal y sin querer dármelas de pitoniso, que pienso que Donald Trump va a ganar las elecciones presidenciales en noviembre en Estados Unidos.
Hace ocho años Barack Obama no era nadie en la opinión pública estadounidense y menos en la internacional. Vamos; quienes no estábamos directamente involucrados en el monitoreo de congresistas (diputados) y senadores de aquel país, ni siquiera sabíamos que existía un senador llamado Barack Obama.
Sin embargo el entonces precandidato de raza negra, aún siendo un desconocido, derrotó a Hillary Clinton en las elecciones internas del Partido Demócrata; y esto, ya habiendo estado esta última fungiendo ocho años como primera dama. La candidata Clinton no es simpática para el electorado estadounidense. En los dos cuatrienios que la señora Rodham de Clinton residió en la Casa Blanca, estuvo involucrada en casos de corrupción; incluso se llegó a decir entonces que los escándalos sexuales de su esposo Bill, el presidente, eran una cortina de humo para tapar los verdaderos escándalos de deshonestidad y abuso en que había incurrido Hillary, y a quien al sistema le interesaba proteger más que al mismo primer mandatario.
El sector “liberal” de la población estadounidense, entre los que destacan los grupos y organizaciones feministas, y que es columna y sustento de los demócratas, repudia a la ahora primera mujer ya candidata de su partido a la presidencia, por haberle aguantado todas sus infidelidades a William, entre las cuales destacó la que protagonizó la ya legendaria becaria Mónica Lewinsky, a la que el folclor argótico del mexicano bautizó como la “Lengüisqui” por los detalles íntimos y sucios que se difundieron en la prensa de la relación; lo soportó todo – decía – haciendo a un lado hasta la más mínima reminiscencia de dignidad, con tal de no tener que dejar la Casa Blanca y la investidura de primera dama.
En una entrevista que Carmen Aristegui hizo al famoso teólogo brasileño Leonardo Boff, la periodista, después de tratar varios temas, lo inquirió acerca de Donald Trump. El reconocido también autor de varios libros le dijo que nos preocupan mucho los dimes y diretes del candidato republicano; que si nos insultó a todo un país y nos duele en las vísceras, etcétera. Pero que en cambio no nos interesa, por ejemplo, que Hillary Clinton le prometió a Benjamín Netanyahu que de ser presidenta va a bombardear Siria e Irán… Eso no nos importa, pero sí que Trump nos haga retorcer el hígado con sus insultos.
En un artículo anterior (Oye Veracruz 29/08/15) expresé que el día de su lanzamiento como precandidato, el día que inició el escándalo, en el que Trump se explayó en decir “linduras” de los mexicanos, habiendo residido yo algún tiempo de aquel lado, lo primero que vino a mi mente fue: “Hay mucha gente que piensa como él, pero no se atreve a decirlo en público”. Los resultados hasta ahora parecen confirmar lo anterior. Lo que nos debía preocupar no es tanto lo que el empresario inmobiliario dice y hace, sino que entre más ataca a México y a los mexicanos más sube en las encuestas, más lo apoya un gran sector de estadounidenses incluidos – aunque nos duela es un hecho – grupos de raza negra, hispanos ¡y de mexicoamericanos! Es más, Donald Trump nunca hubiese pasado de una insulsa precandidatura sin ninguna posibilidad de llegar a más, de no haber lanzado su diatriba contra nuestro país y contra los inmigrantes ilegales de origen mexicano. Son, precisamente, esos ataques contra los indocumentados y contra México lo que lo tienen a un paso de la presidencia de su país.
Me atrevo a especular que hay un buen número de electores que, porque no desean ser tildados de “políticamente incorrectos”, en público se pronuncian contra Trump pero van a votar por él, por lo que las encuestas valen para dos cosas…
OTRO FACTOR
Son los mexicoamericanos, los que nacieron allá, los llamados “pochos”, quienes más aborrecen a los inmigrantes ilegales mexicanos y centroamericanos. Ya en las elecciones para gobernador del estado de California hace unos años, en que resultó ganador el actor y productor Arnold Schwartzennegger, resultó que el 42% de los hispanos (¡casi la mitad!) votaron por él, a pesar de que en la campaña lo habían acusado prácticamente de lo mismo que acusan hoy a Donald Trump; hasta de “nazi” lo tachaban y su adversaria demócrata era de origen mexicano. ¡Y los mexicoamericanos (“pochos”) lo hicieron ganar!
MÁS
Las encuestas que se publican antes de las elecciones – y esto ocurre tanto en México como en Estados Unidos – tienen la intención de CREAR opinión pública y no de demostrarla, para qué nos andamos con rodeos. Es decir, las empresas encuestadoras tienen la misión de alentar a los indecisos hacia cierto candidato y desalentarlos para que no voten por otro. Estas encuestadoras son participantes activos totalmente parciales hacia un lado, por lo general hacia el partido en el poder.
Las principales encuestadoras en Estados Unidos, así como los propietarios de los principales medios de comunicación – televisión y prensa escrita – son simpatizantes del Partido Demócrata. Así que si los “sondeos” que se publican reconocen un empate técnico significa – y esta es una deducción personal, aclaro – que Trump va bastante arriba.
Pareciera que a mexicanos y en general a la mayoría de todas partes, lo que nos molesta es que Donald Trump dice las cosas como las piensa, en cambio nos agrada y aplaudimos la hipocresía de la Clinton y de Barack Obama.
El culpable de que haya millones de mexicanos viviendo y trabajando de manera ilegal en Estados Unidos es el gobierno de México, éste y los anteriores (del de Echeverría para acá), y no el empresario del copete rubio y chistoso.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

raulgm42@hotmail.com

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