Sucede siempre que irrumpe en la actividad política un personaje que ofrece promesas atractivas y que además las cumple. Sus detractores surgen por todos lados y se le intenta vincular con un poco claro origen.
Eso ocurre con Ricardo Gallardo Juárez, un empresario avícola metido a político por el deseo de servir a su pueblo y que en los hechos lo demuestra.
Gallardo Juárez es actualmente alcalde San Luis Potosí, una capital difícil de comprender que haya sido ganada por el Partido de la Revolución Democrática, pero entendible si se trata de que ganó la figura de un candidato, apoyado por un partido de izquierda.
Y es que San Luis Potosí es una entidad tradicionalmente priista con algunas ocasiones en que Acción Nacional gobernó la capital del estado, donde quedan recuerdos de los tiempos de los cristeros.
Por eso, la administración municipal por parte de un partido de izquierda es como un ensayo que, de salir airoso, lo habrá de proyectar hacia la posibilidad de convertirse en el primer gobernador de izquierda en ese estado.
Gallardo Juárez lo sabe y aunque falta demasiado (cinco años) para la elección estatal, la guerra en su contra se encuentra desatada.
Los resultados que arroja el alcalde no son satisfactorios para la clase política, aunque la población en general los aplaude, ya que son realidad los beneficios directos para ellos.
Al rendir su primer informe de gobierno, Gallardo Juárez expuso los logros de su administración, entre los que se cuentan varios aspectos fundamentales, la atención de los servicios públicos, prevención del delito, la seguridad pública, para tener un San Luis seguro y la planeación democrática.
Uno de los propósitos de su gobierno ha sido el de rendición de cuentas y transparencia, por lo que la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública del estado de San Luis Potosí, dio cuenta de que el ayuntamiento potosino fue el primero en cumplir en transparencia.
El alcalde sabe que cuenta con pocos recursos para cumplir con su gestión, pero los optimiza, ya que le fue entregado un municipio sumamente endeudado, donde su procedencia opositora y de distinta militancia a la del gobernador lo motiva a buscar otras alternativas.
Hace poco, los habitantes de San Luis Potosí fueron testigos de un hecho bochornoso, cuando en ocasión de la visita de la titular de SEDATU, Rosario Robles, las porras y alabanzas eran para el alcalde capitalino y fueron interrumpidas por la voz de la secretaria, la que dijo, estas obras se deben al Presidente Enrique Peña Nieto, quien destinó el dinero para ello.
Pronto fue silbada y le aclararon que el dinero no era del Presidente sino de todos, ya que los recursos públicos no pertenecen a un solo ente.
De acuerdo a su primer año de gestión, los resultados obtenidos por Gallardo Juárez han sido satisfactorios, tal y como sucedió con el municipio conurbado de Soledad, donde el mismo Ricardo hizo su primera aparición política como alcalde, con resultados satisfactorios.
Sabe que el camino es árido y que falta mucho trecho y que antes de correr deberá aprender a caminar con paso firme.

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