La gran empresa automotriz Ford Motor Company anunció la cancelación de una inversión de 1,600 millones de dólares en San Luis Potosí para producir el Ford Focus, con la consiguiente cancelación de 700 empleos directos más los indirectos que se hubiesen generado.
Terrible golpe para la economía de ese estado y de todo México, no hay duda.
En nuestro país ya prácticamente se considera “antipatriota” o “antimexicano” a quien se aventure a decir algo positivo del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump. Sin embargo, desdoblémonos mentalmente un instante, y por el momento no seamos mexicanos ni estadounidenses y veamos todo “desde arriba”, es decir, de manera imparcial.
Donald Trump rescató 700 empleos para trabajadores de su país. Además empleos 10 veces mejor pagados que lo que se hubiese pagado a trabajadores en la planta instalada en México. Pregunto: como presidente de Estados Unidos (no de México ni de Rusia ni de ningún otro lugar), ¿no hace Trump lo correcto, proteger los empleos de los estadounidenses?
La medida de la Ford es tan lógica a favor de su propio país y de los asalariados estadounidenses que, a pesar de que la medida de la empresa automotriz fue decidida a instancias del que será el nuevo inquilino de la Casa Blanca, el mismo Barack Obama y su saliente administración elogiaron la decisión de la compañía fundada por el gran Henry Ford, de mantener la inversión monetaria y la generación de empleos dentro de Estados Unidos.
Eso es lo que le corresponde hacer al presidente de un país: ver por los intereses de sus compatriotas, principalmente de los trabajadores base.
Es una percepción falsa el pensar que Donald Trump realmente tiene un encono especial contra los mexicanos. Él está contra la inmigración ilegal que por obvias razones, por la frontera que compartimos, ésta se da avasalladoramente de mexicanos y algunos más centro y sudamericanos y aún de otras partes del mundo que ingresan vía México también de manera delictiva (porque introducirse y emplearse en otro país sin permiso y sin papeles es un delito por donde se le quiera ver). Trump está contra la inmigración ilegal europea, china, rusa, etcétera también, pero – reitero – la cantidad de mexicanos es masiva por evidente razón.
Por lo mismo son una gran cantidad de empresas estadounidenses que por la cercanía instalan plantas en México para pagar mucho menores sueldos y prestaciones que lo que tendrían que pagar allá en su país. Trump también piensa impedir que las empresas de su país se trasladen a China a pagar sueldos de práctico estado de esclavitud, o a Guatemala o a Taiwán.
Empero, una vez más, por la frontera que compartimos, las que se instalan en México superan en cantidad a las que lo hacen en otros países.
Al presidente de México le corresponde ver por los mexicanos; al presidente de Estados Unidos le corresponde ver por los estadounidenses. Así de fácil.

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Gasolina y reacción popular

El gobierno está en lo correcto y esta vez dice la verdad. Los subsidios siempre serán una medida populachera que trae consecuencias nefastas a mediano y largo plazo. Nada más veámonos en el espejo de Venezuela. Por ganarse la voluntad de las masas, el esquizofrénico Nicolás Maduro (recuerden el pajarito fantasma de Chávez) subsidia la gasolina y la población de aquel país sudamericano tienen la gasolina más barata del mundo. No tienen qué comer, se están muriendo de hambre hoy ¡ah!, pero la gasolina más barata del mundo ¿no?
¿Quieren que regresemos a los tiempos populacheros centro-izquierdistas de Luis Echeverría y José López Portillo en que todo se subsidiaba y las devaluaciones y aumentos de precios se medían en cienes y miles de puntos porcentuales?
Lo que se dio es una liberación en los precios. Es obvio que al momento de liberar va a subir como sucedió. Con el tiempo se va a estabilizar y ya bajará y subirá levemente de acuerdo a las leyes del mercado, que es lo más sano para cualquier economía, y principalmente, lo mejor para todos: obreros, empresarios, campesinos, para todos.
Sin embargo, lo que sí es criticable del gobierno federal es en cuanto a estrategia. Una vez más, como cuando las declaraciones del presidente en apoyo de los mal llamados “matrimonios igualitarios” hicieron perder cinco estados al PRI en las elecciones del 5 de junio de 2016, los asesores del licenciado Peña demuestran no tener suficiente conocimiento de psicología de masas. ¿No previeron la reacción popular que se está dando?
No se puede pedir a las mayorías que tengan el necesario conocimiento de la ciencia de la economía ni que mediten y analicen con la profundidad que se requiere para entender que hay que esperar un poco; que esta es una medida dura temporal que a mediano y largo plazo va a traer beneficios para todos. No. Lo único que el pueblo en general alcanza a ver es que la gasolina subió este 1 de enero y que todo va a tender a subir con ella. Hasta ahí.
Y a los vivales entre los opositores de siempre les vino como anillo al dedo. Ahora se presentan falazmente como los adalides del pueblo y vociferan que se dé marcha atrás en la liberación del precio de la gasolina.
Vuelvo a preguntar quiénes asesoran al presidente, porque esto podría catapultar electoralmente al desequilibrado López Obrador.
Reitero: no se puede esperar que las masas tengan la suficiente cultura y conocimiento para entender que la liberación y momentáneo aumento en el precio de la gasolina es una medida dura pero que a la larga va a traer beneficios para todos. Y mucho menos la capacidad de continencia para soportar los aumentos mientras esperan que la situación se estabilice.
La liberación del precio de los combustibles era necesaria. Pero pensando en la reacción popular, quizá se debió meditar más en el momento y el modo de aplicar la medida.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

raulgm42@hotmail.com

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