Las llegadas de menores centroamericanos indocumentados a la frontera estadounidense han bajado desde finales de julio pasado.

Pero no por la disminución de los flujos, sino porque las deportaciones ahora se están haciendo desde México. Así lo denuncia el Centro de Recursos para Refugiados Centroamericanos (CARECEN, por su siglas en inglés), que recientemente realizó una visita a El Salvador para investigar el asunto.

De acuerdo con una investigación realizada por la entidad, en junio llegaban deportados de México a El Salvador entre 100 y 150 personas, mientras que ahora son entre 600 y 700, la gran mayoría mujeres y niños.

"En las últimas semanas hemos visto que el flujo ha estado bajando, sabemos que usualmente en estos tiempos baja por el calor en el desierto, pero también sabemos que México está implementando las leyes migratorias de una manera más seria de como lo había hecho antes", dijo a REFORMA Martha Arévalo, Directora Ejecutiva para Los Ángeles de CARECEN.