La versatilidad es unas de las virtudes de este antojito mexicano. Consíguete un paquete de tostadas de maíz ya hechas (o prepáralas tú) y ponte a ármalas con cualquier ingrediente, ensalada o guisado que tengas a la mano.

Tostadas de crema: Éstas se acostumbran mucho como acompañante del pozole, pero son ricas en cualquier momento. Unta tu tostada con una buena cantidad de crema y espolvoréala con un buen queso mexicano rallado o desmenuzado, como por ejemplo el queso cotija, el queso fresco o el queso añejo. Encima vierte unas gotas o un buen chorro de alguna salsa picante.

Tostadas de pollo o de carne desmenuzada: Prepara una carne deshebrada o elabora un sencillo guisado de pollo deshilachado. Déjalo enfriar a temperatura ambiente. Unta tu tostada con frijoles refritos, coloca encina la carne o el pollo termínala con algunos vegetales como lechuga picada finamente, rebanadas delgadas de rábano, cebolla rebanada o trozos de tomate rojo y aguacate. Encima de todo vierte un poco de crema y un chorro de salsa picante.

Tostadas de tinga: Prepara la tinga (un guiso de carne deshebrada con tomate rojo, cebolla y chile chipotle). Unta la tostada con un poco de puré de frijol y encima coloca una cucharada de tinga. Termínala con un poco de crema y aguacate en trocitos o rebanadas delgadas.