El 19 de septiembre corrió como reguero de pólvora la noticia de que habían encontrado muertos a dos sacerdotes, quienes horas antes habían sido secuestrados. Hecho que conmocionó a la grey católica en todo el país.
Se trataba de Alejo Nabor Jiménez Juárez y Alfredo Juárez de la Cruz, ante lo cual la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Arquidiócesis Primada de México condenaron el asesinato de los religiosos.
Los presbíteros, pertenecientes a la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en la colonia Petromex, de la ciudad de Poza Rica, presentaban impactos de bala.
Los sacerdotes fueron secuestrados, junto con su chofer, pero el conductor logró escapar de los agresores.
“Mataron a dos compañeros sacerdotes. Cuando llegó la Fuerza Civil a la parroquia encontraron manchas de sangre en el piso. Desde entonces comenzó la tortura. Ahora nos confirman que a ambos los acabaron a balazos.
“La situación en Poza Rica, como en todo el estado, es preocupante. Estamos en una etapa de descomposición, carajo”, declaró en su momento el presbítero Juan Jaime Suárez Silva, al confirmar el crimen.
De acuerdo con el reporte, alrededor de las 13:00 horas, elementos de la Fuerza Civil fueron alertados del hallazgo de los cuerpos sin vida de dos personas que estaban atadas de pies y manos en uno de los accesos a la llamada Curva del Diablo, que se encuentra sobre la carretera Papantla-Poza Rica.
A su arribo, los uniformados confirmaron el reporte. Minutos más tarde llegaron agentes de la Policía Ministerial y de la Policía Estatal, quienes resguardaron la zona a la espera del fiscal regional para que diera fe de los hechos.

“EL CHINO”, UNO DE LOS PRESUNTOS RESPONSABLES

La misma noche del lunes la Fiscalía General del estado dio a conocer que ya había sido identificado uno de los presuntos responsables en asesinato de los sacerdotes, el cual es conocido como “El Chino”, sin embargo, no se reveló su nombre real ni su fotografía.