No decimos adiós, sino hasta pronto.

Hacemos un paréntesis mientras pasan las causas y los efectos que dejó la horda de delincuentes convertidos en remedos de políticos que en el pasado se incrustaron y saquearon a los veracruzanos, lo que dio al traste al Veracruz pujante, al Veracruz trabajador, ese pueblo y esa gente que sabe reír y cantar.

Hoy, Veracruz se alza con mucha dificultad en algunos sectores de la sociedad, mientras que la inmensa mayoría sobrevive en la más absoluta pobreza.

Esta vorágine ha alcanzado y golpeado de forma letal a los medios de comunicación, cuya situación y supervivencia es cada vez más crítica y ominosa.

Los constantes incrementos a los insumos con que se elabora un periódico impreso, aunado a otras circunstancias, han provocado que, por el momento, no podamos seguir sosteniendo nuestro diario Oye Veracruz.

Papel, láminas, tintas y químicos tuvieron importantes incrementos en sus precios debido al alza desmedida del dólar.

Si sumamos a ello la necesaria e indispensable plantilla laboral que se requiere para su confección –que aquí, en Oye Veracruz, contaba con todas las prestaciones de ley–, los pagos de servicios en general, aunado a que algunos sectores se declararon en impago por la dolorosa estela que dejó la anterior administración gubernamental; todo ello, repetimos, fue mermando nuestra productividad, hasta hacer incosteable e insostenible la situación.

Nuestro periódico, Oye Veracruz, avanzó en la aceptación de la sociedad por la línea editorial que asumimos a pesar de los riesgos, lo que dio como resultado que se multiplicaran nuestras ventas, pero aun así no fue suficiente, nos faltó tiempo y recursos para afrontar la vorágine que dejó el alza del dólar y los “gasolinazos” que nos pegaron en los últimos meses.

Veracruz, efectivamente, vive momentos difíciles, pero no imposibles. Es cuestión de tiempo, de decisión y de no bajar jamás la guardia.

El diario Oye Veracruz se distinguió por sus encabezados, por su diseño, por su color, por su contenido editorial, por sus infografías y por sus columnas, de verdaderos críticos y analistas políticos que diariamente escribían aquí. A todos ellos, nuestro más absoluto respeto y agradecimiento.

Oye Veracruz nunca atacó a los narcos o la delincuencia organizada, sólo publicó la información de los diferentes sucesos, tal como lo hicieron otros medios impresos, de línea web, radio y televisión, pero jamás hizo un señalamiento directo contra determinada persona o cártel.

Tampoco divulgó información de la vida privada de los políticos de antes y de ahora.

Sí fue incisivo contra la corrupción que tanto lacera a nuestra sociedad; fue incisivo en contra de las injusticias y la desigualdad social.

Fue incisivo en decirle en tiempo, forma, y en la plenitud del pinche poder, al gobierno de Duarte, del latrocinio que cometía en contra de los veracruzanos, de su forma grotesca y arrogante de ver los problemas que aquejaban a la inmensa mayoría de los habitantes de este sufrido estado.

Incluso en su momento le advertimos aquí, que su manera arrogante de actuar, de mandar y decidir, le estaba poniendo en charola de plata la gubernatura al PAN. Duarte siempre pensó que lo que hacía era lo mejor, sentía que se merecía todos los aplausos de Veracruz.

En nuestra hemeroteca se puede consultar lo que aquí le decimos, como el haberle rechazado tajantemente, a través de su Coordinación de Comunicación Social, ataques dirigidos a periodistas y a Miguel Ángel Yunes Linares, a quien no lo bajaba de pederasta.

En el diario Oye Veracruz, ni una línea se escribió de estos señalamientos.

Reiteramos: no decimos adiós, pero sí hasta pronto.

Aguardaremos mejores condiciones y que haya una recuperación para afrontar los precios estratosféricos de los insumos que se utilizan para la elaboración y confección del periódico.

Aclaramos: no cerramos por amenazas o intimidación de nadie y mucho menos por persecución gubernamental, acaso si tuvimos hostigamientos de IMSS, Infonavit, SAT y hasta de la CFE, pero jamás por nuestro trabajo periodístico.

Gracias por su distinción y preferencia.