>>> El párroco de la Catedral Metropolitana, Roberto Reyes, dijo que es momento propicio para que se conviertan quienes hacen el mal y para que los católicos dejen de hablar y pensar mal de los demás


Perla Sandoval
Xalapa, Ver.

El tiempo de la Cuaresma es un llamado a la justicia, aseguró el párroco de la Catedral Metropolitana de Xalapa, Roberto Reyes Anaya.

Entrevistado durante el llamado Miércoles de Ceniza, dijo que este periodo debe servir para pedir por aquellos que hacen continuamente el mal.

"Es un llamado a la justicia, a la caridad en este tiempo difícil que estamos viviendo; es un llamado a la conversión de quienes hacen el mal".

Consideró que es un tiempo propicio para que los creyentes en Dios dediquen un tiempo para la oración por la paz y por la conversión de quienes hacen el mal.

Consideró que la abstinencia y el ayuno no es sólo es para la ingesta de la carne, pues recordó que eso se hacía porque se pensaba que era un privilegio para aquellos que tenían.

El párroco dijo que los creyentes pueden abstenerse de hablar mal de la gente, de decir picardías, mentiras; de pensar mal de los demás, hay muchas maneras.

"Tampoco se debe confundir con las dietas, es cuestión de sacrificarnos un poco para experimentar la carencia que solamente viene a ser suplida por la providencia de Dios".

Y es que dijo que llevar ceniza en la cabeza significa reconocer la grandeza de Dios y la pequeñez humana y reconocer que el humano fue creado del polvo, con la esperanza de la resurrección.

"Es reconocer que nuestra situación continúa de pecado ante la gran misericordia. La Cuaresma nos invita a vivir bajo tres acciones de piedad: la oración, el ayuno y la limosna porque son maneras en que participamos de lo que somos a los hermanos que no tienen y en nombre de Jesucristo.

"Ayuno implica abstenernos de comer durante las mañanas, para ofrendar eso a quienes ayunan a quienes lo hacen caso toda su vida; la oración es el acercamiento al corazón de Dios para que a través de su palabra incite en nosotros la conversión".

Agregó que la limosna significa desprenderse un poco de los Dios da para dárselo a quienes menos tienen, pero dijo que eso debe hacerse de manera discreta "porque quien conviene que vea nuestras obras es Dios".


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