La coalición “Por México al Frente” vive momentos de insólita gravedad. Faltando horas para que en los Organismos Públicos Locales Electorales se cierren las puertas para el registro de coaliciones, en los cuartos de guerra donde se cocinan a flama alta las coaliciones estatales, el PAN, el PRD y el Movimiento Ciudadano sufren para ponerse de acuerdo.
A la hora de escribir esta columna aún no se confirmaba por parte de Movimiento Ciudadano si irá o no en coalición con el PAN-PRD en Veracruz. Si no se logró, sabremos que no hubo voluntad suficiente. Y si se registró, tal vez deba saber que el ir o no ir juntos no era cuestión sólo de ganas, que no era un tema de poses baratas, de comprometer espacios y candidaturas, ni de antiguas vendettas, ni por viejos rencores.
Para ir en coalición, en la mesa se pusieron en claro condicionantes importantes que podrían significar cambios de fondo en el Gobierno Estatal veracruzano y en el potencialmente entrante, especialmente en materia de impartición de Justicia y de manejo económico y financiero. Esto es, las fuerzas políticas nacionales de Movimiento Ciudadano no pretenden dejarle un cheque en blanco al PAN-PRD. Un precio debían pagar los azules y amarillos pues en política todo tiene un precio y los políticos son como los economistas de Harvard, que creen saber el costo de casi todo pero no conocen el valor de casi nada. La Coalición es un escalón perfecto para el Uno de Palacio, pero le costará.
El porqué Dante Delgado y Movimiento Ciudadano no pusieron en la mesa lo fácil (posiciones y plurinominales) sino que exigieron lo difícil (un cambio en el gobierno), esencialmente se debe a que Dante Delgado y el MC tienen demasiado tiempo gestando un movimiento de mayor calado, mucho más profundo que lo corriente electoral actual. En política al día desde finales del 2016 se ha dado seguimiento puntual al “Cuarto Polo”, que es el antecedente directo de la coalición “Por México al Frente”.
Bajo la convocatoria de Movimiento Ciudadano eminentes políticos se reunieron hace tiempo y se unieron a la fuerza de los ciudadanos que demandan con urgencia una alternativa de gobierno que esté a la altura de las necesidades sociales, políticas y económicas del país. El Cuarto Polo comenzó como un movimiento prístino y fulgurante de intelectuales de renombre, agentes notables de la Sociedad Civil, Organizaciones No Gubernamentales y, por si fuera poco, una fuerte representación política de todos y cada uno de los Partidos Políticos. Personajes de renombre desde hace años comenzaron a fraguar un cambio en el paradigma de gobierno y se arremolinaron alrededor de Dante y el Cuarto Polo personajes como Enrique Alfaro, Jaime Rodríguez “El Bronco”, Alejandro Encinas, María de los Ángeles Moreno Uriegas, Manuel Espino, Miguel Ángel Mancera, Manlio Fabio Beltrones, Cuauhtémoc Cárdenas, Juan Villoro, Emilio Álvarez Icaza, entre otros principales actores políticos.
La idea se fue fortaleciendo pero la praxis política obligó a mutar ese Cuarto Polo a una coalición finalmente llamada “Por México al Frente”. De aquel Cuarto Polo conformado por políticos dispuestos a ejercer el podermancomunadamente con la sociedad, hoy solo queda una barata Coalición que se sigue haciendo garras y que está dejando tirada la oportunidad de transformar a México por los pleitos entre los líderes locales como ha sucedido ya en Morelos.
Así que no se confunda, si no se logró la coalición en Veracruz no habrá sido por el mundano sentimiento llamado rencor… y si se logró, créalo, le habrá costado al número uno de Palacio dejar plasmada su intención de acercar (aunque sea un poco) su forma de gobernar hacia los iniciales ideales del Cuarto Polo.


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