A la serie de aumentos que se han dado en los precios de los productos de la llamada canasta básica vendrá a sumarse otro más, en otro artículo que es indispensable en la dieta de las familias, pero sobre todo de los niños.
El secretario de Agricultura del gobierno federal, Francisco Javier Mayorga, anunció que los incrementos que se registran en los precios internacionales de la leche tarde o temprano se reflejarán en el mercado mexicano y por consecuencia en el precio al consumidor final.
Y atribuyó su vaticinio a la grave sequía que ha impactado a una buena parte de Estados Unidos y al alza que han tenido los granos.
“Lo que nosotros vemos en el corto plazo derivado de la sequía de Estados Unidos y en otras partes del mundo, y del incremento en el precio de los granos, es que sí hay una tendencia a que suba el precio internacional de la leche”, abundó.
Vistas así las cosas, es inminente que este artículo, más temprano que tarde, registrará un alza en su precio que impactará al ya de por sí deteriorado y vapuleado bolsillo de la población.
Pero ello no sólo repercutirá en la leche en todas sus presentaciones, sino que todos los productos derivados y que se elaboran a partir de ella, como los quesos, pasteles, atoles, gelatinas, y muchos más, también verán incrementado su costo.
¿Cuándo llegará este nuevo golpe a la economía popular?
Lo más seguro es que sea en los primeros meses del siguiente año, como sucedió con el maíz, que sigue en ascenso y no se ve para cuándo terminará esa tendencia, pues las reservas siguen a la baja.
Una vez que los inventarios de leche en polvo con que cuentan los industriales, y que compraron a buen precio, se agoten, enseguida vendrá el aumento.
Y ello va a beneficiar a los productores nacionales, se preguntarán muchos, y la respuesta es que se duda que así sea.
Desafortunadamente, las políticas impuestas en la materia sólo han servido para empobrecer y desaparecer a los pequeños productores, pues la falta de apoyos oficiales, los altos costos de los insumos que requieren para mantener esta actividad, las alzas en la gasolina para transportarse y otras cuestiones, los han obligado a vender su producto a las grandes empresas transnacionales que les pagan el litro a un precio irrisorio, casi regalado, a razón de 4 o 5 pesos, lo cual les resulta incosteable.
También ha influido mucho los hábitos que asume la gente buscando siempre la comodidad, lo fácil, y hoy es una rareza encontrar personas que adquieran la llamada leche bronca, que es la más completa.
Así las cosas, las antes prósperas y pujantes cuencas lecheras se han ido esfumando y están a punto de desaparecer.
Esta circunstancia llevará al país entero a tener una mayor dependencia del extranjero y obligará a todos a pagar cada vez más caros los productos que antes abundaban, como está sucediendo y se está viendo con la mayoría de los granos básicos.
Ahora va la leche, y después qué sigue y de a cómo.