Ángel Rafael Martínez Alarcón
La ciudad de Xalapa, sede eclesiástica del obispado de Xalapa erigido en el año de 1864; en los últimos días de la primavera, fue testigo del entierro de su quinto obispo, el 8 de junio de 1938,el sacerdote michoacano San Rafael Guízar y Valencia, quién por 18 años estuvo al frente del obispado de Xalapa. El 6 de junio de 1938, pasó cielo, en la ciudad de México, a los 60 años con un mes y días de vida. Sus restos mortales fueron trasladados hasta su sede eclesiástica para darle cristiana sepultura. Según cuenta las crónicas que la pequeña ciudad y poblaciones circunvecinas se dieron citar para honrar al ya santo obispo por la voluntad de sus fieles.
Rafael Guízar y Valencia, quién hizo de la pobreza personal un apostado en su ejercicio sacerdotal. La tumba donde fueron depositados sus restos era propiedad de dos distinguidos sacerdotes, los hermanos Miguel y Daniel Mesa y Mesa, oriundos de la ciudad de Naolinco, Ver. En el panteón municipal de Xalapa, fundado en año de 1831, antes de las Leyes de Reformas. En sus tierras descansan personajes como los gobernadores de Veracruz, Sebastián Camacho, Juan de la Luz Enríquez. Antonio María de Rivera, Mariana Sayago, Pantaleón Cerdán, Enrique C. Rebsamen, y un sin número de distinguidos maestros veracruzano, don Justo Fernández González, por citar algunas de las personalidades.
La década de los años 50 del siglo XX, la ciudad de Xalapa tenia una población de 50,000 habitantes (Pasquel, 1979: 57). Una tranquila ciudad, embullida por el ambiente estudiantil de la Escuela Normal Veracruzana y la Universidad Veracruzana. Sede del seminario mayor de la Iglesia Católico. Un nuevo gobernador en el Estado, don Marco Muñoz Turnbull, quién tenia una planeación para el crecimiento de la ciudad que lo vio nacer, entre otras propuestas pavimentar la mayoría de las calles como la introducción del drenaje, la construcción de la Estación Nueva al norte de la ciudad, como también la zona universitaria, y una noticia irrumpió la tranquilidad de Atenas Veracruzana; al encontrar el cuerpo incorrupto del quinto obispo de Veracruz, don Rafael Guízar y Valencia, luego de la exhumación, a cargo de autoridades eclesiásticas, y sanitarias del ayuntamiento de Xalapa; y médicos de la ciudad. En el sigilo de una noche de mayo de 1950.
Según Feliz Báez-Jorge, en su obra olor de santidad; Afirma que el 28 de mayo de hace 70 años se exhumaron los restos del quinto Obispo de Veracruz, Rafael Guizar y Valencia, luego permanecer sepultado por espacio de doce años en el panteón municipal de Xalapa, o mejor conocido como el cinco de febrero. La gran novedad para los participantes fue encontrar el cuerpo incorruptible, sin el ojo izquierdo, el cuál había prometido por la salvación de un pecador. Por mas de una década la tumba de santo obispo de Veracruz se convirtió un centro de peregrinación de los fieles para solicitar la intervención del santo varón a Dios, así el seis de junio o 24 de octubre era visitado llevándoles flores. Cuenta la leyenda a que una religiosa de las adoratrices, cuyo convento esta muy cerca del cementerio, le pedía lo “sacaran de ahí” (Báez, 2006:344-351). Para tal acción el cabildo de la diócesis de Xalapa, designó para la exhumación a los canónigos Justino de la Mora, Miguel Mesa, Ignacio Lehonor Arroyo, a los sacerdotes Carlos Valiente, Emilio Abascal, Antonio Navarrete, y los seminaristas: Guillermo Castellanos, Esteban Rizo, Fausto Ramón Gudiño, Miguel Sáinz, Roberto Andrade. Ante la novedad del cuerpo incorrupto, invitaron al doctor Carlos Aceves, y la unidad sanitaria de la Secretaria de Salud envió una comisión integrado por los médicos: Blázquez, Suárez, Sanginés, Gil, Galindo, Gutiérrez Vega, Lanzagorta, Moreno.
El agua estancada en la tumba del obispo, el imaginario colectivo de dio dones curativos entre los pobladores de la ciudad. El cuerpo permaneció un par de días en el convento de las Madres Adoratrices, y posteriormente se trasladan la Catedral de la Inmaculada Concepción, el cadáver fue expuesto en la capilla de Santa Teodora para la veneración de los fieles, y corría en la ciudad el rumor del primer milagro. Miles de fieles hicieron largas colas para verlo.
En 1952, se inician los tramites para llevarlo a los altares, para 1981 recibe el titulo de Siervo de Dios, el 29 de enero de 1995, es beatificado por San Juan Pablo II. El quince de octubre de 2006, el Papa Benedicto XVI, lo canoniza.
En antiguo Palacio Episcopal de Xalapa, pueden visitar el museo “San Rafael Guízar y Valencia” , calle Benito Juárez esq. Av. de la Revolución. http://www.rafaelguizar.org
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