27 de Noviembre de 2024
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TIEMPO Y ESPACIO - Maricarmen Delfín Delgado
VESTIRNOS Y DESVESTIRNOS
2021-01-28 - 21:24

Maricarmen Delfín Delgado


Siguiendo el “hilo”, continuamos con la historia de la ropa desde épocas remotas, por necesidad, por gusto y por élite social, desde lo mas sencillo hasta lo más sofisticado.


La moda en Creta está bien documentada en sus obras de arte, sobre todo, lo que era utilizado por los sacerdotes; los tejidos se hilaban en casa usando lana y lino con una técnica similar a los egipcios, con bordados domésticos y coloraciones hechas en los talleres, el carmesí fue el mas usado en sus diferentes tonos. En un inicio el taparrabo fue usado por ambos sexos, posteriormente las mujeres usaban faldas muy largas con una fajilla como se ilustran en las estatuillas.


La ropa de mujer de Creta fueron las primeras prendas cosidas conocidas en la historia. Los vestidos eran largos y de cuello bajo, con el corpiño abierto casi hasta la cintura, dejando los pechos al descubierto. Los vestidos a menudo iban acompañados por el corsé minoico, una forma temprana de corsé creado como una blusa ceñida, diseñada para estrechar la cintura, ya que una cintura estrecha era muy apreciada en la cultura minoica. El cinturón, que también se mantuvo apretado, y se usó para estrechar la cintura antes del corsé, se usó un abrigo largo o corto o un sombrero para complementar el atuendo femenino. Los broches antiguos, muy extendidos en el Mediterráneo, se usaron durante todo el período.


Los hombres cretenses usaban en un principio taparrabo que estaba dispuesto como mandil o falda corta que terminaba en un punto similar a una cola, la tela pasaba entre las piernas ajustado con un cinturón adornado con metal; había una prenda especial para los eventos deportivos para las mujeres.


En Israel la prenda más antigua o básica el ezor o hagor, una especie de delantal alrededor de la cadera o la espalda, hechos de pieles de animales posteriormente como un simple trozo de tela unido a la misma piel sujetados por un cinturón o faja. El ezor más tarde fue adoptado por los hebreos y desplazado por le kuttoneth que aparece entre los asirios como una prenda interior ajustada llegando hasta la rodilla y a  veces hasta el tobillo. En los trabajadores agrícolas modernos del Medio Oriente aparece una túnica rugosa interior con mangas sueltas y abierta en el pecho, la persona que sólo vestía un kuttoneth se consideraba desnuda.


La simla era la pesada prenda exterior o chal de varias formas. Consistía en una gran pieza rectangular de material de lana grueso y áspero, toscamente cosida, de modo que la parte delantera estaba descosida y con dos aberturas para los brazos. El lino es otro material posible.


En la antigua Roma, los niños después de la edad de dieciséis años tenían sus ropas quemadas como un signo de crecimiento. Las chicas romanas también vestían de blanco hasta que se casaron para decir que eran puras y virginales. Probablemente el artículo más significativo en el antiguo guardarropa romano fue la toga, una prenda de lana de una sola pieza que se extendía suelta alrededor de los hombros y hacia abajo del cuerpo. Los Togas se podían envolver de diferentes maneras, y se volvieron más grandes y voluminosos a lo largo de los siglos. Algunas innovaciones fueron puramente de moda. Debido a que no era fácil usar una toga sin tropezar con ella, algunas variaciones en la envoltura cumplían una función práctica.


Desde la prehistoria hasta nuestros tiempos, vestirse ha sido parte de nuestras preocupaciones, lo hemos resuelto de mil maneras ajustándonos a las condiciones sociales, económicas y climáticas, pero lo más satisfactorio después de un largo y agitado día, es desvestirse, quitar las prendas que ya estorban para tomar un merecido descanso y dar gusto a nuestro cuerpo.


 


 

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