Agustín Contreras Stein

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CORREN versiones de que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, podría estar enmascarando la sucesión, utilizando con gran maestría, como lo sabe hacer, a la propia jefa del gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para desviar la atención y evitar que pudiera darse un golpeteo político a quien, en verdad, quiere que sea el sucesor.

Y tienen, de alguna manera, mucho sustento dichas versiones, porque lo más probable es que el mandatario nacional, se esté guardando bien el as bajo la manga, porque se asegura que no confiaría a cualquiera su proyecto general de gobierno y hasta, porqué no decirlo, la garantía de que surta sus efectos la cuarta transformación, pues bien sabe que se requiere tiempo y por lo tanto, alguien que tenga un verdadero compromiso y se identifique claramente con él.

De ahí que se duda que Claudia Sheinbaum, sea lo que quiere el presidente, tanto que no la pondría en el aparador para que fuera golpeada, menos con tanta anticipación y que el propio desgaste la llevara, finalmente, a caer. El presidente tiene sus propias estrategias, a tal grado de que no ha descartado a los demás personajes que él mismo puso a consideración del pueblo mexicano, sabiendo que cada uno de ellos podría hacer su propio trabajo y hasta traicionarlo en sus intenciones.

López Obrador, tiene bien controlado el escenario y a sus propios colaboradores para que hagan lo que el mande, en cualquier momento y bajo las circunstancias que él mismo considere prudentes. De ahí que muchos podrían irse de bruces, pensando que la jefa de gobierno, ya está amarrada y que no hay nada que pueda hacerla caer del pedestal donde se encuentra, porque, efectivamente, podría tratarse de una mascarada el hecho de haberla señalado como presidenciable, aunque no tenga los méritos ni la capacidad que se requiere para poder dar continuidad al proyecto presidencial de este momento.

Existe, pues, la creencia de que el presidente, esperará el momento preciso y cambiar el panorama político nacional, con el anuncio, quizá a través de su partido político, de que el candidato o la candidata será otro personaje que nada tendría que ver con quien ahora se considera la mejor carta del mismo mandatario. Por lo tanto, nada está escrito en este sentido y la misma Sheinbaum, lo sabe, porque hasta ahora bien se ha prestado a esta mascarada para darle tiempo al presidente de poder concretar su verdadero proyecto sucesorio.

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EL VERDADERO SUCESOR, NO ESTÁ OCULTO.

MIENTRAS TANTO, también se han analizado las circunstancias que rodearán al momento de la sucesión. Esto quiere decir, que el presidente echará mano de su sucesor, cuando menos en la candidatura, tan pronto lleguen los tiempos y sean los momentos más prudentes para destaparlo. Tampoco esto quiere decir, que el candidato esté oculto, pues tan solo se le han evitado los golpeteos innecesarios, ya que por ahora este personaje realiza actividades discretas que lo mantienen alejado de los reflectores y por lo tanto de señalamientos que pudieran hacerle daño en su imagen, hasta ahora protegida por el mismo mandatario nacional.

Pero todo esto se develará con el tiempo, pues ahora es temprano para eso, aunque no para quien trata de desviar la atención hacia otro lado, donde, todo parece ser, no estará la solución.

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MARLON RAMÍREZ, Y LA OPOSICIÓN POLÍTICA.

HAY QUIENES ASEGURAN y con cierta razón, de que la oposición política, no se ve en Veracruz, salvo lo que el PRI ha estado haciendo, tanto a nivel de dirigencia como en el propio congreso del Estado, donde la voz de Marlon Ramírez Marín, se ha estado sintiendo con fuerza.

Sin embargo, es necesario que los partidos políticos, ya dejen tirado el petate con el cual se han espantado y busquen integrarse definitivamente como coalición, si es que piensan seguir en esta estrategia. El triunfo de morena, el primero de julio del año dos mil dieciocho, dejó espantados a los principales líderes nacionales, no tan solo de un partido en particular, sino a todos los que quedan en el escenario político nacional, pero ya pasaron los meses y como es el caso del dirigente priista, en el Estado, tienen que pararse y hacer frente a los desafíos que tienen.

Por eso es destacable que Ramírez Marín, con todas las desventajas que en estos momentos tiene frente a Morena, como las tiene también el PAN y el PRD, incluyendo, desde luego al mismo Movimiento Ciudadano, siga siendo el político que no se desanima ni se sienta perdido en el espacio. El dirigente estatal del PRI, se la juega permanentemente y dentro de las acciones que los partidos políticos debieran realizar, es el único de ellos que representa la verdadera oposición.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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