Agustín Contreras Stein

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A RESERVA de equivocarnos, una vez más reiteramos nuestro comentario político, hecho ya en varias ocasiones, en que dimos una singular importancia a las señales que se emiten constantemente desde Palacio nacional, y en algunas ocasiones, fuera de este recinto del poder. Desde su nombramiento como secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, fue marcado por el dedo elector del presidente, como el futuro candidato de Morena, a la presidencia de la república. Claudia Sheinbaum, solamente fue y ha sido la estrategia de López Obrador, para distraer a la ciudadanía, pues en realidad, el bueno, es precisamente el hombre de más confianza, aunque muchos no lo crean de esta manera. Para el presidente, López Hernández, es quien puede, en determinado momento garantizarle el triunfo electoral, independientemente de que no aparezca en los primeros lugares de las encuestas, pues el mandatario nacional, sabe perfectamente bien que lo puede hacer candidato y luego presidente, con la sola popularidad que aún conserva. No se trata, pues, de consultas, ni tampoco nada de encuestas, sino de decisiones sobre quién puede ofrecerle continuidad en el proyecto de gobierno, denominado cuarta transformación.

Pero, si todo esto pareciera poco para los efectos de las señales políticas, el reciente nombramiento de César Yáñez, como subsecretario de gobernación, da clara certeza de lo que hemos venido apuntando. Yáñez, según se sabe, es uno de los hombres más enterados de lo que quiere el presidente, por lo que su llegada en el segundo mando de gobernación, impone, necesariamente, un encargo que el mismo López Obrador, ha hecho.

Lo anterior no sorprende a Claudia Sheinbaum, porque seguramente que lo sabía desde hace tiempo. Tampoco debe ser sorpresa para el canciller Marcelo Ebrard, que aún sabiendo que las encuestas le favorecen, tendrá, por disciplina política, que cederle el lugar a quien ya está responsabilizado, desde hace un año, de las tareas políticas del gobierno, aunque queda, eso sí, la decisión del propio secretario de relaciones exteriores, atender o no, la definición presidencial.

Por lo pronto, la última señal que ha mandado el presidente, al autorizar y ordenar la inclusión de César Yáñez, en la secretaría de gobernación, es otro paso más en el proyecto político que ya tiene decidido. Adán Augusto López Hernández, será, si las circunstancias no cambian, el futuro candidato de Morena, a la presidencia de la república. Ojo, con aquellos que ya tomaron partido en favor de otro personaje.

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HASTA NO VER, NO CREER.

FUE OFICIALMENTE INAUGURADA la famosa refinería de Dos Bocas, pero que se sepa, no producirá gasolina de inmediato, pues le faltan muchas cosas, entre ellas, la conclusión de todas sus instalaciones, las cuales no están preparadas para comenzar a operar ni siquiera lo más pronto posible, pues se dice que comenzará su proceso de refinación hasta el año dos mil veintiséis. Ya no le tocará al presidente López Obrador, dar a conocer el precio de diez pesos el litro de gasolina, como ofreciera al pueblo mexicano.

Prácticamente, esta refinería que se construye, la más costosa de la historia para el pueblo mexicano, pasará a ser un nuevo elefante blanco, como sucede con el aeropuerto de Santa Lucía, y seguramente, con el proyecto del tren Maya, otro de los caprichos presidenciales que más dinero ha tenido que pagar el pueblo bueno.

Por eso, hasta no ver, no creer, rezará la sentencia popular, respecto de la refinería de Dos Bocas, en el Estado de Tabasco, qué si bien ha sido inaugurada, no se ha dicho claramente que se trata solamente de una fachada, de una primera etapa que ha servido para justificar las enormes erogaciones económicas, las cuáles de ocho mil quinientos millones de dólares, ha pasado a costar doce mil y lo que falta.

Mientras tanto, el primer litro de gasolina que salga de esta nueva refinería, quedará pendiente hasta de tres o más años, según señalan los expertos en esta materia.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.