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El Flechador, in memoriam
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2014-09-18 - 10:01
(Columna publicada el pasado 4 de septiembre en homenaje a El Flechador)

No, amigo. No te equivoques ¡Soy pobre, pero no por pendejo..!
Con 60 años de profesión “otros le llaman oficio” y siempre luchando contra corriente, hoy “El Flechador” observa con calma como su vida se apaga.
Conectado al oxígeno -ora tirado a la cama, ora en desvencijada silla de ruedas- escribe y sigue escribiendo sus agudas columnas políticas “¡Hasta el último día, hermano”.
Postrado recuerda como siempre estuvo sujeto a la presión, al insulto gubernamental y a la amenaza de los testaferros de los poderosos, así como a los ofrecimientos millonarios a cambio de que cerrara el “pico”.
“Soy un Quijote, equivocado o no, pero soy un Quijote”.
Es Manuel Antonio Huerta Naranjo, mejor conocido como “El Flechador”, aunque para sus cuates de la vieja guardia es “El Alacrán”, uno de los periodistas más críticos que ha tenido Veracruz en los últimos 30 años, mismo a quien hoy se observa su final en la más cruel de las miserias.
No acepta visitas. “Solo vienen Ezequiel Castañeda Nevares y Toño Trujillo” ya que piensa que a las personas hay que recordarlas en la plenitud “no en la enfermedad”.
Su casa, que no es tal, solo un modestísimo departamento de escasos 40 metros, allá por la Honda de Murillo Vidal, que solo cuenta con una cama una mesa con cuatro sillas y un rincón de estufa con una lavadora cubierta con una sábana. Es una vivienda pobre, pero limpia.
Las medicinas se las da Nemi, al igual que una cama de hospital. Alberto Silva también le ha echado un pial y Manuel de León Maza ha sido generoso al disponer de su bolsillo un dinerito para la atribulada señora.
El Flechador no se arrepiente de haber sido un periodista crítico “de esos ya casi ni hay”. Tampoco de no haber hecho fortuna “los que criticamos al poder no nos llevamos nada” y de que al final de su vida esté a mano “vida nada me llevo, vida nada te dejo. Vida, estamos en paz…”
Y no se arruga “el orgullo hasta el final”.
Al Flechador de siempre habrá de recordarse por sus agudas lecturas en Notiver. También por sus publicaciones en “Política”. Fue el primero que empezó a hablar del narcotráfico en Veracruz, así como la brutal corrupción en el régimen de Fidel Herrera, sin olvidar a los anteriores regímenes.
Nunca se arredró de escribir sobre las fuerzas armadas, ni hubo político que lo convenciera con algún cañonazo.
Al Flechador no lo incomodo más con mi presencia: “¡Te vengo a ver la próxima semana!”.
“¡No habrá próxima semana, amigo!”, me devolvió secamente.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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