Jorge Arturo Rodríguez

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A la Memoria de mi querido sobrino,

Edson Gibran Cabrera Rodríguez.

“Dulce ausencia, la muerte”.

Es fácil decirlo: si eres pobre, estás jodido. Parece un pleonasmo, tautología, perogrullada… Lo que ustedes decidan, si aún tienen la oportunidad de decidir por sí solos, porque a leguas se ve que los que deciden por nosotros, son otros. ¿Quiénes? El poder es encantamiento, encantador, fascina, embrutece, enceguece, arruina, destruye. Mi encantador Renato Leduc escribió: “Abolir la pobreza –opinan los banqueros- debe ser el primer paso para lograr nuestro desarrollo económico”. –Pero no faltan pobres que, a su vez, opinan que el primer paso para abolir la pobreza debería ser abolir los bancos.”

         Sexenios van: sexenios vienen. Y la pobreza sigue ahí; la miseria. Ahora crece también la ignorancia. ¿Por quién va usted a votar? Ni se lo piense; ya llegará el momento que le dirán qué imagen tachar en la boleta electoral. Si lo que les comento necesita de bases argumentales y etc., para que nos vayamos entendiendo, pos simplemente intérnese en internet o voltéese a ver a su alrededor. ¿Qué necesitamos para darnos cuenta de que México va a la deriva? ¿O acaso aún viven como autómatas? No me extrañaría. “No son los muertos los que asustan; es la incertidumbre…” escribió Antón Chéjov en su magnífico cuento “Los nervios”.

         Claro: duele México. Pero más duele que nos estén quitando la libertad. Y lo “pior!”: no hacemos nada, ni pío. Da risa. Mi estimado Armando González Torres me comentó: “¡Basta de que nos manipule el sistema, elijamos con libertad nuestros dogmas y prejuicios!” Y se carcajeó.

         No hace mucho, Salman Rushdie dijo: “Creo que vivimos en un momento en el que la libertad de expresión y la libertad para publicar no se había visto bajo semejante amenaza en los países de Occidente”. Fue cuando recibió el galardón Libertad para publicar, otorgado por British Book Award, cuyo jurado señaló: “Se necesita coraje para crear arte, se necesita coraje para decir la verdad al poder. Nadie ha sido más valiente, más brillante en la búsqueda de la verdad y la libertad artística que Salman Rushdie”.

         ¿Dónde está nuestra libertad? No lo sé de cierto, pero supongo que está secuestrada. ¡Pobres de nuestras futuras generaciones!

         Piénsenlo tantito: “En su mente, Jesús no cargaba una cruz ni llevaba puesta una corona de espinas, sino una antena para poder sintonizar a dios”, escribió Ari Volovich.

Los días y los temas

Para no olvidar, les comparto lo siguiente: “…durante el quincuagésimo octavo aniversario del PRI, en marzo de 1992, don Carlos el Ideólogo le cambió, una vez más, la doctrina al PRI. Con paciencia didáctica explicó a los priístas que el partido oficial de ninguna manera era “estatista absorbente” ni “neoliberal posesivo”; no, hombre, ¡era liberal social!, y en 10 puntos demostró que el liberalismo social era la única y verdadera panacea que garantizaba la defensa de soberanía, if you know wat I mean, el Estado, la solidaridad, la libertad, la justicia social, la democracia, la educación, el campo, los indígenas, la alimentación, la vivienda, la calidad de vida y la salud; hasta las hemorroides curaba. Al final aprovechó para echarle porras al presidente del PRI, Luis Donaldo Colosio, lo que se interpretó como señal de que el Hombre del Pelo Afro era el tapado”. (José Agustín, Tragicomedia mexicana 3).

         ¿Algo les recuerda?

De cinismo y anexas

 Para no variarle, aquí les dejo al genial Alfonso Reyes: “¿Conocéis el caso Tamazunchale? Tamazunchale, sobre la carretera que une a México y a Nuevo Laredo, ve pasar los autos, en una y en otra dirección: ya hacia el sur, ya hacia el norte. Éstos corren rumbo a la derecha, y aquéllos corren rumbo a la izquierda. Pero, si cruzamos la vía, aquéllos corren rumbo a la izquierda, y éstos rumbo a la derecha. Ante la dificultad de acomodar en el cerebro estas dos relatividades simultáneas, se han preguntado algunas personas sinceras de la región: ¿cuál es la derecha y cuál es la izquierda? Y de aquí la crisis que atraviesa la juventud intelectual de Tamazunchale. Esta crisis es el símbolo y el compendio de muchas angustias juveniles.”

  Hasta la próxima.