Agustín Contreras Stein

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EN CINCO meses con veinte días, aproximadamente, habrá elecciones en México. Para muchos este proceso electoral es el más importante de toda la historia política del país en virtud de que ahora se estará decidiendo, verdaderamente, el futuro de la nación y de todos los que aquí habitan. No hay la menor duda de que los mexicanos no habían estado viviendo en circunstancias totalmente dolorosas y sintiendo, por ello, que el territorio nacional, se les deshace en sus manos. México, vive ahora dividido, seccionado y cuarteado por encargo del propio presidente de la república, que busca, de esta manera, obtener los mejores resultados para su proyecto político nacional.

Nunca como ahora, existen mexicanos contra mexicanos, tan solo porque así lo ha querido el que dice mandar en el país. Su estrategia, diseñada desde el inicio de su gobierno, le ha dado resultados en cinco años y meses que lleva al frente del poder ejecutivo nacional, de tal suerte que, en este momento, se nota un gran enfrentamiento político que por instantes pasa a ser también de carácter físico y eso es lo más peligroso que se puede esperar. La pasión política ha llegado a extremos no calculados y amenaza con ser un motivo importante para alterar, de alguna manera, los momentos cumbre del proceso electoral que son las elecciones constitucionales a llevarse a cabo el primer domingo del mes de junio próximo.

Alguien decía en estos días que vamos muy mal, pero que no quería esperar lo peor y lo peor es precisamente que desde el centro del poder político se ordene controlar o descontrolar la jornada electoral con una buena dosis de violencia que podría ser todavía más grave si también entran al escenario político los propios grupos de la delincuencia organizada. Todo esto es lo que se teme para el día de las elecciones, más cuando se observan prácticas para unas elecciones de Estado.

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LA SOCIEDAD CLAMA POR UN CAMBIO RADICAL

AUNQUE PAREZCA MENTIRA, la sociedad que está participando activamente en la política de estos tiempos, está pidiendo a gritos que las elecciones que vienen sean una buena oportunidad para realizar un cambio total en todo el orden público. Por eso están buscando ser parte de este proceso electoral en donde se imprima un sello democrático y se observen reglas claras y precisas, sobre todo, apegadas a las determinaciones legales que las propias constituciones, la de la federación y el Estado, señalan.

No me vengan con que la ley es la ley, es el claro mensaje presidencial de que no hay ni habrá respeto para nada ni para nadie, porque lo que se busca es implementar una dictadura donde lo menos que pueden hacer caso es precisamente de lo que diga la ley. Nadie puede confiar en esta administración y su posible prolongación si es que los mexicanos vuelven a caer en el engaño de la palabrería de palacio nacional. Las consecuencias serán terribles para un país que siempre ha buscado ser totalmente democrático, independientemente de una permanente amenaza contra su estabilidad y su sistema de gobierno que se base en un verdadero estado de derecho.

Por eso, la sociedad clama desde ahora por un verdadero y profundo cambio que venga de raíz y ponga orden y las cosas en su propio lugar.

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XÓCHITL Y PEPE, PROFUNDAMENTE COMPROMETIDOS

XÓCHITL, A NIVEL NACIONAL, mientras que Pepe Yunes, a nivel estatal se han comprometido seriamente con la sociedad y con todos los mexicanos, por igual, a darle un nuevo sentido a la vida nacional. No se puede seguir viviendo en el mismo error de hace cinco años, porque sería consolidar el fracaso político y administrativo del país. México y Veracruz, requieren un nuevo sendero que lo lleve a encontrarse nuevamente con la paz y la tranquilidad, elementos indispensables para crecer y desarrollarse armoniosamente.

Ese es el reto de los virtuales candidatos a la presidencia de la república y a la gobernatura de Veracruz, quienes de manera conjunta tendrán que responder a los deseos del pueblo mexicano y veracruzano.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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