28 de Abril de 2024
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1929: CUANDO EL PUEBLO SE ENFRENTÓ AL GOBIERNO
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2014-11-28 - 10:10
-Segunda Parte-
Entre las mujeres, una que hoy transita sobre la historia y la leyenda, Antonia Rivas Mercado, vida que fue incendio y también pasión, se entregó sin reservas a la causa y al hombre; en sus puntos de campaña dejó testimonio de un estilo que conjugaban la belleza de la forma con la emoción de la crónica; a escenario y personajes les dio vida. Acompañó a Vasconcelos en el relámpago triunfal de su peregrinar sobre la geografía mexicana, en el dolor sombrío del destierro, de la derrota y de la desesperanza; y un día escapó al dolor y a la vida mediante el tiro certero sobre el corazón fatigado.
En Notre Dame comete el pecado de disponer de su vida, que es ajena porque al señor pertenece peregrinar y destino; y tal vez, también en Notre Dame, la caricia y la ternura del perdón.
Entre los jóvenes, “de un lado Ortiz Rubio, rodeado de asesinos, del otro lado Vasconcelos, arropado de muchachos” (Adolfo López Mateos, político que vivió su hora lírica), en la definición de don Salvador Azuela encabezó, años después, la estampida de los hombres que buscaron la reconciliación con el sistema. A través de la reconciliación encontró el perdón indulgente y el camino sin fronteras; ya presidente de la república, olvidó “su hora lírica” y practicó desde el vértice del poder, más fino, más elegante, más refinado, los mismos defectos que en su adolescencia provocaron ira y reproche y nutrieron sueños juveniles y románticos de libertad política.
En el mismo grupo, Enrique Ramírez Ramírez, después discípulo de Lombardo Toledano, luego diputado e ideólogo del PRI; Agustín Yáñez, después secretario de Educación y gobernador de Jalisco; Mauricio Magdaleno, diputado y senador; Herminio Ahumada, diputado; en Monterrey, en plena adolescencia, Raúl Rangel Frías, quien fue gobernador, y Armando Arteaga Santoyo, diputado y senador también; Andrés Henestrosa, más de cincuenta años después, senador y así en el “después”, tiempo que pasó, fuego que se apagó, sueños que se disiparon, el sistema abrió los brazos para la reconciliación y todos ellos encontraron en el pecado de juventud, comezón de adolescencia, la explicación a la chispa romántica que en un relámpago el vasconcelismo, los impulsó a soñar en una república democrática y federal.
Entre los sobrevivientes quedó uno, Alejandro Gómez Arias, mexicano cabal, de vocación libertaria, fidelidad a la convicción que comenzó a escribir con terciopelo su prosa, profundidad de su pensamiento, pasión iluminada, inteligente e intransigente vertical en su compromiso con México.
Las elecciones se realizaron puntualmente. Sangre y fraude, violencia y engaño, les dieron acento y perfil: un millón 947 mil 848 votos para Ortiz Rubio; 110 mil 979 para Vasconcelos. Desde Guaymas, Vasconcelos convocó a la insurrección: “El presidente electo se dirige ahora al extranjero, pero volverá al país a hacerse cargo directo del mando tan pronto como haya un grupo de hombres libres armados que estén en condiciones de hacerse respetar”.
Mucho tiempo después, ya en paz, Vasconcelos regresó a México. Amargado y fatigado; la pasión, fuego en 1929, reducida a cenizas; en 1952, el partido-gobierno lo publicó, plana entera, su voto razonado en favor del candidato Ruiz Cortines; “opto por Ruiz Cortines” en la cabeza del desplegado. Fuego, rebeldía, ilusión, sueños, quedaron atrás; con él envejecieron; también se reconcilió con los herederos de la Revolución traicionada: Cierra los ojos, ya sin luz, al parentesco irrenunciable entre Calles y don Adolfo, olvidó que los defectos son los mismos: poder insolente y soberbio. Otorgó su perdón al sistema y renunció al instante mejor de su vida. En contraste, Vasconcelos regresó a México intacto el genio; y dejó para la erudición páginas brillantes que lo consagraron entre los grandes en la filosofía y en las letras.
Son tiempos de revivir la historia para encontrar parecidos y similitudes después de casi un siglo de existencia de un sistema que nos agobia con las crisis de tiempo, valores humanos, económicos y políticos.

Director de la revista Resumen
rresumen@hotmail.com

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