Omar Zúñiga
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En los dos últimos sexenios emanados del PRI, el sistema estatal de Protección Civil, recibió reconocimientos tanto del gobierno federal, que además eran de partido diferente al suyo, por su eficacia y eficiencia, particularmente del sexenio 2004-2010, en el que además se instituyó la alerta temprana, hoy modelo a nivel nacional, para catástrofes naturales que pueden preverse, como los huracanes (¿recuerda Otis en Acapulco?) y en temporada de secas, las suradas e incendios forestales, y en invierno los nortes… y así.
Uno de los objetivos de la alerta temprana era que prácticamente toda la estructura de gobierno estuviera siguiendo de cerca tooodo lo que acontecía en torno al fenómeno a observar y obviamente, reaccionar de manera inmediata, para evitar el mayor número de afectaciones posibles y en casos más graves pérdidas humanas o de vida silvestre, o ambas.
En esos casos se utilizaba todos los elementos disponibles, es decir, desde helicópteros cisterna, de rescate, hasta aviones, lanchas u otro tipo de embarcaciones como las Zodiac.
Además, en casos extremos, la sociedad civil era convocada a estar bajo el mando de quienes sabían y eran capacitadas de manera exprés, para no enviarlos al matadero.
Así era más o menos como trabajaban
Llegó el bienio del PAN y le medio valió madre; el Sistema de Protección Civil no tuvo la importancia que tenía con sus antecesores.
Pero llegó Cuitláhuac García Jiménez y le partió toda su madre…, a imagen y semejanza de su tlatoani.
Hoy vemos las consecuencias, con un incendio que devasta parte de la zona centro y las Altas Montañas de Veracruz.
Con una secretaria de Protección Civil Guadalupe Osorno Maldonado, que dio la cara hasta casi 24 horas después de iniciada la catástrofe natural, corriendo como gallina sin cabeza, sin un plan de contingencias; sin algún librito que les diga qué hacer en caso de incendio, ni siquiera para señalización.
Y peor, con un gobernador que tampoco sabe qué hacer, ni siquiera es capaz de establecer un centro de mando cerca de la zona del desastre e instalar ahí el consejo permanente de Protección Civil, para que le dé seguimiento puntual, con acciones concretas, informando a la población de los avances y articulando esfuerzos independientes.
No queremos a Cuitláhuac vestido de bombero (aunque pueda querer hacerlo), ni de policía, menos de vaquero.
Lo que se busca es un gobierno que haga frente a sus responsabilidades (que son muchas) y que deje de echarle la culpa a los demás de sus idioteces.
A las 10 horas con 11 minutos de este martes, Cuitláhuac sólo atinó a re-publicar en sus redes sociales un tweet (o X) que publicó la Secretaría de Protección Civil y que dice “Equipo de Manejo de Incidentes (EMI) que encabeza las acciones de combate al complejo de incendios en las Altas Montañas reinició actividades a las 6:00 hrs de este martes” (sic).
Ni siquiera una palabra de aliento a quienes se están rompiendo la madre y poniendo en riesgo sus vidas para apagar las llamas, y según palabras del mismo gobernador, “una afectación preliminar de 125 hectáreas” (visto está que tampoco tiene idea de lo que mide una hectárea), pues la misma Secretaría de PC reveló poco después que por la mañana de este martes, es decir unas 12 horas después, que el área afectada podría llegar a unas 680 hectáreas, en los municipios de Maltrata, Nogales, Cd. Mendoza, Huiloapan, Texhuacan y Soledad Atzompa. Al final del día actualizaron a más de 700
Cuitláhuac está en otra cosa, como siempre, menos en lo que debe, que es gobernar.
Suponemos que lo que lo tiene verdaderamente preocupado es ver cómo preparar su salida sin ir a parar a Pacho Viejo y eso es para poner loco a cualquiera, sin embargo, si no hace su trabajo, lo único que logra día a día es echarle una palada más a su propia tumba.
Esa es la diferencia entre estar y no estar, y conocer e ignorar…, así de simple.
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Para documentar el optimismo. Hasta anoche y luego de su retuit pedorro mañanero, Cuitláhuac no dijo nada del desastre…, que además afectó también a Coscomatepec, Huatusco y Calcahualco.
Ya no agregué “natural” a la palabra desastre, pues anoche a través de diferentes grupos de redes sociales y ante la inutilidad e inacción de las autoridades estatales y la insuficiencia de las municipales, la sociedad civil se organizó y literalmente se arrojó a las llamas para sofocar los incendios.
Dentro de estos grupos hay versiones muy fuertes de que los incendios pudieron haber sido provocados, y hasta anoche en la zona de Atzompa, los pobladores habrían asegurado a una persona que tendrían que ver con estos hechos.
Además, los mismos pobladores que están acostumbrados a las “quemas controladas” conocen cuando hay intencionalidad de hacerlo y ellos mismos aseguran que así fue, en varios puntos.
No se sabe aún, cuántos ni quiénes fueron, mucho menos porqué, pero eso hace la sociedad cuando la autoridad no actúa…
Y haciendo conjeturas, habría qué preguntarse a quién le beneficia un desastre de esta naturaleza en época electoral y también cabe la afirmación que quizá por eso, Cuitláhuac no ha asomado la cabeza ni se ha aparecido por la zona y Rocío Nahle tampoco y eso que ayer estuvo por Córdoba.
La teoría del caos.
Cuitláhuac dijo que podía haber sido provocado sin ofrecer pruebas, él lo sabía, desdendenantes.
¡Qué barbaridad!
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