Juan Iván Salomón
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Si lo que se ha dicho de Rocío Nahle es verdad, lo más seguro es que pierda por paliza, por no decir que por madriza.
Imaginen que sean ciertas las denuncias del empresario Arturo Castagné sobre las millonarias propiedades de la candidata a la gubernatura, o que se confirme lo publicado por el columnista Edgar Hernández de que traen o traerán gasolina de Texas y Tamaulipas para engañar a la gente diciéndole que la refinería de Dos Bocas ya está produciendo.
Hace unos días el comunicador Mauricio Cuevas Gayosso preguntó a sus invitados en un programa especial de NVTV, ¿qué le afecta más a Rocío Nahle, las acusaciones de presunta corrupción o haber nacido en Zacatecas? Se sorprenderán por las respuestas. Muchos veracruzanos no votarán por ella simplemente porque no les agrada la idea de ser gobernados por alguien que viene de otro estado.
El periodista Francisco Licona acaba de publicar que no son del todo confiables las encuestas, pues mientras en unas dan grandes ventajas a Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle, en otras ponen arriba a Xóchitl Gálvez y Pepe Yunes.
Hace más de un año, el colega Pepe Valencia predijo en su columna que en caso de que Rocío Nahle fuera la candidata de Morena, perdería la elección.
El amor platónico de este escribidor, la reportera Yaretzi López, opina acertadamente que mejor esperemos y que no ataquen a Rocío Nahle por ser de Zacatecas.
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