Javier Roldán Dávila
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Al final cada uno seguirá en su encargo, pero, lo que importa, es ganar la batalla de las percepciones
El asunto estaba cantado, en cuanto pusieran el módulo de afiliación a MORENA, en las instalaciones del Senado, Miguel Ángel Yunes Márquez, aprovecharía el momento para sumarse formalmente a la 4T, varias columnas de trascendidos lo manifestaron.
En este contexto, si de la cúpula morenista no frenaron las intenciones del chiqui Yunes, es porque había un acuerdo para que así fuera, quizá, promovido por Adán Augusto López, mismo que incluyó la presidencia de la Comisión de Hacienda para el veracruzano.
Así pues, Rocío Nahle no puede decirse sorprendida, sin embargo, sería interesante saber si hizo el respectivo (y, en su caso, fallido) cabildeo, para evitar la afiliación del senador en su partido.
El origen del entuerto, se remonta a la pasada campaña por la gubernatura, los Yunes fueron sus adversarios y las acusaciones cruzadas fueron rudas. No obstante, al final de la contienda la ingeniera se impuso de forma contundente, a pesar de ello, el encono continúa.
Tan es así que, en airada reacción pública, la mandataria veracruzana pidió a Luisa María Alcalde que no validen la solicitud del legislador, a lo que la líder del partido respondió que, en efecto, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, tendrá la última palabra.
Es probable, que la citada comisión patee el bote para echarle tierra al escándalo mediático y en unos meses salga con alguna decisión salomónica. De no ser así, es decir, que proceda o no la afiliación, habrá un derrotado(a) en el juego de vencidas, hagan sus apuestas.
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