FIEL A SUS propias convicciones políticas, Pepe Yunes, no cedió nada. Caballeroso de la política, como lo ha sido siempre, se ocupó, más que nada, a cumplir con la obligación de informar sobre su labor legislativa en el Senado de la República.

Agradecido con la presencia de quien manda en Veracruz, el senador veracruzano, cuyo informe fue un verdadero documento de grandes logros para la entidad, habló de la unidad, pese a las diferencias que existen en este momento por la no coincidencia en la forma de pensar con otros actores políticos del Estado.

El escenario, montado en una de la salas del World Trade Center, de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, fue insuficiente para recibir a miles de veracruzanos que llegaron para estar presentes en un acto político de grandes expectativas.

No se dijo nada de la sucesión gubernamental, pese a que Pepe Yunes, es uno de los aspirantes más fuertes que tiene en este momento el Partido Revolucionario Institucional, pero nadie pudo negar que el acontecimiento era meramente político y con ingredientes con miras a la candidatura priista para buscar la gubernatura de dos años.

Tampoco fue una especie de destape, pero bien demostró de que está hecho y que es lo que quiere. Pepe Yunes no ha dejado, por ningún momento, de ser considerado un importante precandidato a la gubernatura de Veracruz.

Su postura en la tribuna fue, prácticamente, la de un candidato oficializado por su partido, aunque existen dudas de gran parte de la clase política que se niega a entender que la decisión ya se ha tomado.

Serio, contundente, fino en su lenguaje político, no dio señales, de ninguna clase, menos de que haya declinado a seguir trabajando permanentemente por Veracruz, y por todos los veracruzanos.

Hombres de peso político, como el mismo dirigente moral del magisterio veracruzano, Nicolás Callejas Arroyo. De peso económico, como los empresarios don Antonio Chedraui y Justo Fernández, estuvieron presentes para escuchar el informe del senador veracruzano. Todos convencidos de que Pepe Yunes, es un hombre inteligente, prudente y tolerante.

Al final del informe, como se esperaba, vino la reacción contundente de todos los presentes. El saludo de mano se convertía, de pronto, en el anhelo de quienes lo veían, en ese momento, como candidato. “Ese es el Pepe, que todos quieren”, no faltó quien lo expresara de esta manera.

El domingo de ayer, fue político, como políticos han sido los más recientes momentos de la vida pública de Veracruz, incluyendo, desde luego, la cumbre de San Julián, donde hubo acuerdos políticos, donde muchos confundieron la neblina con el humo blanco, y se quedaron, finalmente, con la neblina, aunque en realidad, sí hubo humo blanco y hasta luz verde para uno de los precandidatos a la gubernatura del estado.

Pero lo de ayer, fue una plena demostración de que la fuerza política existe. Que el PRI bien puede ganar con cualquiera de los aspirantes que hasta ahora han demostrado que tienen la capacidad, la estructura, el oficio y el voto de la mayoría de los veracruzanos. Falta solamente, el momento preciso, adecuado para publicar lo que ya está acordado.

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MOMENTOS ANTES de que iniciara el informe legislativo del senador veracruzano, la bufalada se había reunido en el pequeño café de la Parroquia, en la misma Plaza Comercial Américas.

No seguían a Pepe Yunes, sino a Héctor. Se escuchaban los aplausos y los gritos de Héctor, Héctor, Héctor. Ahí estaba el otro senador de la república, que ofrecía saludos, abrazos y recibía toda clase de felicitaciones, tal vez, como a aquella que él mismo recibiera del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, cuando abandonaba el rancho de San Julián, a un costado de la carretera Xalapa-Perote, después de haber estado en la ya histórica reunión política, donde pareció que el propósito mayor era unificar criterios, y de paso, provocar el encuentro cercano de Pepe Yunes con el gobernador Javier Duarte de Ochoa.

Luego, Héctor Yunes, llegó al recinto donde Pepe Yunes, informaría al pueblo veracruzano, sobre sus gestiones legislativas.

Ahí, el aplaudido momentos antes por una gran multitud, permaneció callado, respetuoso, entendido de que el acto político no era para él, sino para su compañero en la Cámara de Senadores, a quien estaban enderezados los reflectores.

No faltó quien calificara esta posición de Héctor Yunes Landa, como de gran preocupación, luego de ver el respaldo que se estaba ofreciendo a Pepe Yunes.

Pero, en ambos, hay entendimiento. Hay un solo proyecto, aunque la gubernatura solo es para uno de ellos.

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LA REUNIÓN DE SAN JULIÁN, más que nada, fue otro intento del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, para tratar de allegar, sin más conflictos de por medio, a quienes en este momento no han logrado conciliarse políticamente.

Y se dice que fue otro intento, porque al parecer no pasó nada y el problema de la unidad tricolor, sigue como antes, es decir, en las mismas condiciones.

Pepe Yunes sigue manteniendo su postura de ser amigo, en lo personal, pero sin coincidir con la forma en que se vienen haciendo las cosas en la actual administración. No cede nada del terreno, en lo político, pero acepta el acercamiento personal, porque la amistad debe quedar al margen de esta contienda.

Todo quedó, efectivamente, como una reunión de amigos.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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