El proceso electoral en curso que arrancó en noviembre y concluirá en junio próximo, significa un costoso circo para los veracruzanos, sin animales claro, pero con altos riesgos, en especial durante las campañas que ofrecerán como resultado un gobierno de apenas dos años junto con su Congreso Local.
Más allá del multimillonario derroche de origen sin transparencia, que manejan ya todos los partidos y candidatos para las disfrazadas precampañas y que lo harán de manera abierta una vez que empiecen las campañas oficiales, existe un presupuesto oficial sometido a la transparencia aunque no precisamente a la rendición de cuentas, y es el del OPLE, que a pesar del cambio de nombre, la papelería y los spots de la radio se mantienen como Instituto Electoral Veracruzano, de ese tamaño es la capacidad y responsabilidad de los organizadores del actual proceso electoral para renovar los poderes en Veracruz.
Contrasta ese tamaño de capacidad, con el del presupuesto que tienen asignados y que fue distribuido por la autonomía del Consejo Electoral que preside José Alejandro Bonilla Bonilla, junto con su secretario técnico Víctor Moctezuma Lobato y el consejero de la comisión de administración, Juan Manuel Vázquez Barajas, el gasto será de mil nueve millones de pesos.
Y es que a pesar de que el 30 de septiembre del 2015 el Consejo General del entonces, Instituto Electoral Veracruzano, emitió el Acuerdo IEV-OPLE/CG-09/2015mediante el cual se aprobó el Anteproyecto de Presupuesto para el EjercicioFiscal 2016, por un total de mil 163 millones 272 mil 310 pesos, el 23 de diciembre pasado, la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de Veracruz, aprobó el Decreto Número 623de Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Veracruz Ignacio de laLlave para el ejercicio fiscal 2016, según se establece en el Artículo 14 con el respectivo recorte, para un total de mil nueve millones de pesos.
Millonaria cifra para financiar una elección en la que los candidatos harán uso de las peores estrategias de lodo para descalificarse, comprar votos, sobornar funcionarios del OPLE y engañar a los ciudadanos para, una vez en el gobierno ser más de lo mismo.
El portal de transparencia del propio organizador de la elección ofrece los conceptos y montos de cómo se gastarán más de mil millones de pesos del presupuesto púbico aprobado por la LXIII Legislatura del Estado de Veracruz.
Con el recorte, se destinarán 162 millones 600 mil pesos a Servicios Personales, 162 millones a materiales y suministros, 279 millones 155 mil, 23 pesos a Servicios Generales y más de 405 millones a los partidos políticos registrados para participar en la elección.
La Presidencia que ostenta, Bonilla Bonilla tendrá a su disposición un presupuesto de 11 millones 183 mil 888 pesos para el rubro de Servicios Personales, mientras que la Secretaría Ejecutiva de Víctor Moctezuma Lobato dispone de 12 millones 741 mil 842 pesos y los consejeros electorales de 46 millones 893 mil 512 pesos.
En cuanto a sus sueldosy percepciones por cada área, la Presidencia 901 mil 452 pesos más bonificaciones, el secretario ejecutivo un millón 181 mil 520 y entre todos los consejeros percibirán cinco millones 746 mil 980 pesos.
Para esta elección el presupuesto de comunicación social será de 10 millones 836 mil 386pesos para difundir ante los ciudadanos, la promoción al voto desde el OPLE de manera institucional, de este monto una parte será destinada a la actualización de spots institucionales.
Más del 40 por ciento de los recursos de operación del OPLE en esta elección serán entregados a los partidos políticos, es decir, unos 400 millones de pesos que se consignan en el apartado 4000 del presupuesto general para el proceso electoral 2015-2016.
El acuerdo del Consejo General del OPLE, de las prerrogativas, corresponden en el rubro de financiamiento público ordinario 273 millones 919 mil 728 pesos y de manera extraordinaria, 131 millones 325 mil 249 pesos para hacer un total de 405 millones 244 mil 977 pesos que deberán ocupar durante la campaña a través de ministraciones mensuales.
Sin embargo, todo este gasto público de manera inédita ha quedado sujeto a la escasa disponibilidad de efectivo por la que atraviesa la administración pública estatal y que mantiene en un hilo al jefe del Ejecutivo, al menos sometido al escrutinio mediático sin capacidad de respuesta.

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